Basada en unos hechos reales acontecidos entre los años 1996-97, “Bernie” es otra propuesta interesante del director Richard Linklater, quien mezcla elementos del documental, del falso documental y de la comedia negra para articular el caso que causó polémica en el pequeño pueblo tejano de Carthage. Linklater escribe el guión junto a Skip Hollandsworth basándose en entrevistas a los habitantes del pueblo, algunas ficticias pero otras reales, quienes cuentan sus opiniones extremadamente positivas sobre Bernie, famoso por sus buenas acciones diarias para con el resto del pueblo.
Linklater y Hollandsworth optan por un tono cómico que te deja con la duda de si uno tiene que reírse o sentirse incómodo con la película, y es que a partir de esas entrevistas se escribe un relato en el que se va definiendo el carácter diferente del personaje interpretado por Black, y el de un pueblo que parece vivir en una burbuja.
Entre el documental y la ficción
Más allá de eso, a partir de una puesta en escena basada en las entrevistas mencionadas, Linklater se esfuerza para retratar una realidad muy concreta, una con las relaciones humanas en su seno. Unas relaciones además tejidas por una sociedad caracterizada por poseer un sentimiento un tanto desdibujado, sino desvirtuado, de la moralidad. Si hay algo que se desprende del relato de Linklater es la capacidad individual o de pequeños grupos de gente para jugar con la vida de una persona para lograr un objetivo egoísta, movido por la codicia.
Se nos presentan todos los actos de Bernie con el mismo tono ligero de la narración, para no tomar partido en el juicio. Sin embargo, en la crítica escrita por Linklater queda plasmada la frivolidad con la que se pueden retorcer las leyes para el beneficio individual, en detrimento de un sentido real de moralidad. Al final queda la sensación de que todos son culpables de crímenes distintos, algunos castigados por las leyes y otros no. Se erige la duda de si la resolución final viene dada por los hechos acontecidos o por la decisión final de un grupo de personas ignorante, homófoba o con delirios de grandeza.
El show de Jack Black
Jack Black es sin duda el elemento más destacable de toda la producción. Se transforma completamente en un papel que le permite demostrar que existe un actor con más registros detrás de las comedias gamberras que suele protagonizar. Su trabajo es más sutil que expresivo, siempre acompañado del tono ligero de la misma historia. Bernie es un personaje excéntrico dentro de un pueblo diferente. Algunos le tildan algunos de homosexual justificando que si se llega a los 30 sin pareja y se tienen aficiones diferentes solo puede significar que a uno no le gustan las mujeres. La gracia de su personaje recae en que no ve nada raro en su modo de ser. Se obvia durante toda la película cualquier rastro más oscuro en su persona que sus acciones revelarán una vez avanzada la trama.
El resto del elenco es tan amplio como variado, en una mezcla de actores y personas reales interpretándose a si mismos y explicando sus opiniones sobre Bernie y el caso que nos ocupan. Sin embargo, son los personajes de Shirley MacLaine y de Matthew McConaughey los que merecen más atención. Ella interpreta a Marjorie con la coraza de persona distante que se ha creado, y que solo Bernie logrará destrozar levemente para poder entrar en su vida, muy a pesar suyo dado cómo termina la relación. Por otra parte, McConaughey da rienda suelta a su acento sureño para meterse en la piel de Danny Buck, el fiscal del distrito de Carthage que se encontrará con el caso más complicado de su carrera dadas las características del jurado, del culpable y de la víctima del agravante.
Una de Richard Linklater
Richard Linklater es un director famoso por su selectiva filmografía en las que destacan rarezas como “Boyhood (Momentos de una vida)” (2014), película que rodó durante 12 años; el tríptico formado por “Antes del amanecer” (1995), “Antes del atardecer” (2004) y “Antes del anochecer” (2013), indagando en las entrañas de las relaciones amorosas; o esa excentricidad de la ciencia ficción titulada “A Scanner Darkly” (2006), basada en una novela del gran Philip K. Dick.
“Bernie” entra en sus obras como una película como otra rareza con entidad propia, tan diferente como interesante que sus otras películas. Presentada en los Estados Unidos el año 2011, ha tardado cuatro tristes años en llegar a la gran pantalla española. Y lo ha hecho con una inmerecida indiferencia. Igual de interesante que el resto de su filmografía, “Bernie” tiene suficientes virtudes para merecerse un visionado, ya sea por la interpretación de Jack Black, el tono excéntrico de la historia, o el interesante uso del falso documental.
Muy recomendable.
