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Terminator: Génesis (Alan Taylor, 2015)

04/07/2015
Terminator: Génesis imagen destacada

Precuela, secuela y reinicio, todo a la vez

A modo de precuela/secuela, el director Alan Taylor empieza «Terminator: Génesis» trasladándonos a un punto de la historia en el que los humanos, liderados por un John Connor (Jason Clarke) tildado de profeta por sus conocimientos sobre los robots, están a punto de ganar la guerra contra las maquinas organizadas por la inteligencia artificial Skynet. Es en este punto donde se envía al pasado al T-800 (Arnold Schawzennegger) y a Kyle Reese (Jai Courtney), el primero para eliminar a Sarah Connor (Emilia Clarke) y al otro para protegerla, desencadenando así los acontecimientos presentados en “Terminator” (James Cameron, 1984). Salvo que esta vez las cosas serán un tanto diferentes.

El que “Terminator: Génesis” forme parte de la franquicia de Terminator es su mayor virtud pero también su talón de Aquiles. Si bien es cierto que la película puede pasar por un correcto divertimento que no aburre gracias a la iconografía propia, también lo es que gran parte de su encanto reside en repetir al detalle elementos vistos en las películas previas con unos resultados menos efectivos. Además de coger la serie y llevarla por unas vías que no hará más que descarrilarla.

Arnold Schawzennegger en Terminator: Génesis
Arnold Schawzennegger en Terminator: Génesis

El equipo de Terminator: Génesis

Alan Taylor dirige la película con suficiente energía como para que la acción no decaiga en ningún momento. Tiene buen sentido del espectáculo aunque a veces se pase de vueltas. Parece como si se hubiera embriagado de todas las películas anteriores de la saga porque llena la historia de referencias a «Terminator» y «Terminator 2: El juicio final» (James Cameron, 1991). Repite situaciones e ideas de aquellas en detrimento de otras presentadas aquí igual de interesantes pero al final desaprovechadas.

Tiene un casting correcto, con un Schawzennegger cuya carisma parece inagotable y Emilia Clarke que a veces recuerda a Linda Hamilton (Sarah Connor en «Terminator» y «Terminator 2«). Por su parte, Jai Courtney lo da todo en el papel de Kyle aunque éste sea de un perfil bien diferente al presentado en películas previas, y Jason Clarke con una mirada humana que lo hace creíble como líder de la resistencia. Además, los diseños de los robots siguen provocando el pavor de toda la vida. Sin embargo, por desgracia no tiene un guión que sepa extraer el jugo a todo ello. La historia está más centrada en divagaciones sobre paradojas temporales y en unas relaciones paterno-filiales y románticas entre el trio protagonista.

Jai Courtney en Terminator: Génesis
Jai Courtney en Terminator: Génesis

Todo mal

Se le tiene que reconocer que dichas paradojas no están para nada mal desarrolladas. Ofrecen posibilidades interesantes que todavía pueden dar mucho juego en futuras secuelas. Sin embargo esto es lo único destacable de un guión que jamás tendría que haber pasado el proceso de preproducción. Algunos personajes entran y salen de la historia cuando les conviene. Tienen diálogos ponzoñosos que raramente consiguen sus intenciones. Además, resultan un tanto pobres un cuanto a caracterización, centrándose más que en otra cosa en la parte aguerrida de cada uno. ¿Cómo puede ser que eso sea así teniendo de base dos películas anteriores muy centradas en sus personajes como son las dos primeras entregas de la serie?

Se busca crear una confraternidad entre los personajes principales pero en lugar de crear romanticismo o camaradería caen en el bochorno. Es todo un enigma como puede ser que al principio te presenten a un John Connor mesiánico que en pocos minutos consigue que queramos unirnos con él en su lucha contra Skynet, y luego desaparezca de la historia con unas decisiones bizarras que solo se podrían salvar con la idea de los universos paralelos y las paradojas temporales. Seria perdonable si la relación entre Sarah, el T-800 y Kyle tuviera algún tipo de fuerza, pero por desgracia y para deshonra de la franquicia este fallido trío llevan la película al terreno de la comedia romántica para toda la familia, con la amenaza del apocalipsis como una simple inconveniencia.

Emilia Clarke es Sarah Connor
Emilia Clarke es Sarah Connor

Un reinicio bastante fallido

El futuro presentado en “Terminator 2: El juicio final” (James Cameron, 1991) era uno incierto tanto para la historia desarrollada hasta ese punto como para la franquicia. Tras más de una década en la que ha habido dos intentos más de arrancar la serie con “Terminator 3: La rebelión de las máquinas” (Jonathan Mostow, 2003) y “Terminator Salvation” (McG, 2009), con unas bases en estas dos más interesantes que las de “Génesis«, seria una auténtica pena que este nuevo intento fuera la coronada para reiniciar la franquicia.

Porque lo peor no es su potencial para prescindir olímpicamente de las cuatro películas anteriores, si no el empeño en contar la misma historia una y otra vez con resultados cada vez menos satisfactorios, y la machacante presencia de unos personajes atrapados en un bucle temporal narrativo que en lugar de querer pasar el testigo parecen hacer al final una declaración de principios de que están aquí para quedarse, nos guste o no.