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Al final de la escapada (Jean-Luc Godard, 1960)

03/09/2015
Al final de la escapada imagen destacada

Movimientos cinematográficos

La Nouvelle Vague fue un movimiento cinematográfico francés que respondía a la necesidad de un pequeño grupo de intelectuales por romper con las tendencias clasicistas que devoraban el panorama cinematográfico tanto nacional como internacional. Entre otras cosas, abogaban hacia una mirada personal como la demostrada en cineastas tan dispares como Orson WellesJean-Pierre MelvilleAlfred Hitchcock o Max Ophüls. Se dice, además, que las bases esenciales sobre las que se fundamentaría tal corriente serían tres películas: “Hiroshima Mon Amour” (Alain Resnais, 1959), “Los 400 golpes” (François Truffaut, 1959) y la película que nos concierne, “Al final de la escapada”, de Jean-Luc Godard.

De este modo se desarrolla una historia muy simple con un guión de Truffaut basado libremente en una noticia real. Michel Poiccard es un delincuente que mata a un policía por accidente. Tras esto decide irse a París para pedir un dinero que le deben, y una vez allí decide intentar convencer a Patricia, una vieja amiga americana preocupada por su status social de intelectual, para que se vaya del país con él. Con esta idea se articula una suerte de juego del gato que persigue al ratón, con una historia de amor tejida por entre medio. Poco más sucede en la historia, pues la premisa está mínimamente desarrollada y los personajes terminan diluidos. En el fondo, puede que “Al final de la escapada” no sea más que un noir de serie B.

Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg
Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg

Marcando estilo

Sin embargo, «Al final de la escapada» guarda un tratamiento rompedor en su época de los roles del dúo protagonista. Lejos de las dinámicas tradicionales que ponían al hombre como figura dominante y a la mujer como objeto de deseo, nos encontramos con un caso en el que ella es la mujer altiva, con ideas propias, culta, segura de si misma e independiente. En cambio, él es un alma perdida, necesitado de la compañía de Patricia, y con pocas convicciones. Intenta anteponerse sobre ella con unos ademanes machistas que en realidad solamente denotan su fragilidad moral, y para acentuar la crítica contra los roles popularizados en el cine americano, sobretodo el noirMichel intenta asemejarse a un retrato de Humphrey Bogart que ve en el cartel de una película.

Lo más destacable de la obra es sin duda su aspecto técnico, con unas decisiones rompedoras fruto de la vertiente liberal de la Nouvelle Vague. Siendo una tendencia a contracorriente del cine industrial, todas esas producciones estaban filmadas con poco presupuesto. Los realizadores paliaban esa carencia con una ejecución más artesanal aprovechando la propia luz natural de los lugares donde rodaban para iluminar a los personajes y los fondos. También con el innovador uso de la cámara en mano para tener una mayor agilidad a la hora de rodar, siempre sin perder la mirada del director en su milimétrica planificación.

Imagen de Al final de la escapada
Imagen de Al final de la escapada

Cortes en la continuidad (acá jumpcuts)

Godard también utilizó recursos rompedores como diálogos con los personajes mirando a cámara para hacernos partícipes en la narración. Dicho esto, lo más notorio fue un montaje a base de saltos de plano (jumpcuts) que cortaban la continuidad temporal para en principio favorecer al ritmo de la narración. Lo que el director consigue haciendo esto es crear un innovador recurso de montaje que formaría parte del seno del lenguaje cinematográfico. Godard aprovechó el material para grabar libremente con cámara en hombro. De este modo podía demostrar las posibilidades que ofrecía el medio a la hora de montar la película, relegando a un segundo plano la vertiente narrativa del lenguaje para centrarse en una forma interesante.

Aun así, es importante comentar que la decisión nació fruto de la necesidad de recortar el metraje hasta la duración requerida. En lugar de quitar escenas o subtramas, el director optó por recortar todo aquello que no era necesario en el plano para entender la historia. Así, nació el concepto de jumpcut como recurso audiovisual. Es una decisión rara viniendo de un director, siendo quizás más típico del montador al tener la conocida distancia con relación al material de base. Desaparecía así el concepto de montaje invisible teóricamente indispensable en la edición. Se apelaría a la idea innovadora de la corriente francesa, y a la crítica hacia las convenciones cinematográficas.

Al final de la escapada, de Jean-Luc Godard
Al final de la escapada, de Jean-Luc Godard

Cine de autor

Son elementos que conforman la idea de cine de autor que defendía la Nouvelle Vague, en contraposición al cine más convencional en el que el guión y los personajes priman por encima de todo. En casos como “Al final de la escapada” la cámara se mueve libremente por el plano para dirigir la atención del espectador hacia detalles simbólicos relacionados con la historia, aunque ello implique dejar fuera de campo a los personajes, a lo que se le puede añadir un guión con frases filosóficas y referencias literarias y cinematográficas para dar mayor complejidad a una historia carente de ella.

Todo ello conforma la película más como un ensayo sobre valores sociales, relaciones sentimentales y divagaciones existenciales con lo absurdo de la vida en su centro. Son cuestiones interesantes, ciertamente, y que fiel a la idea de la Nouvelle Vague como corriente que permitía detalles autobiográficos y anti industriales, Godard aprovecha para reflexionar sobre cambios sociales y políticos, los nuevos roles de las personas en una Europa cambiante, y, por supuesto, sobre el mismo concepto de “cine”.

Imagen de Al final de la escapada
Imagen de Al final de la escapada

Título indispensable de la historia del cine

En resumen, “Al final de la escapada” es una película diferente hija de un periodo cinematográfico de transición que le daba manga ancha para experimentar a su antojo. En este aspecto tiene importancia histórica al desarrollar innovadoras técnicas de montaje que dieron a lugar a divagaciones sobre lo que el cine puede ofrecer más allá de la pura linealidad narrativa. Sin embargo, en esa búsqueda de querer romper formalmente en lo que de otro modo hubiera sido una película más convencional, también se encuentra su debilidad: un cierto descuido hacia los personajes y la historia. Aun así, nos encontramos con una película indispensable e interesante en la historia del cine.