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Wicked (John M. Chu, 2024)

13/03/2025
Wicked imagen destacada

Falsas apariencias

Hay ocasiones cuando ciertas obras de ficción alcanzan tal nivel de popularidad que son sometidas a distintas relecturas por autores completamente ajenos a los creadores del original. Por ejemplo, la figura de Sherlock Holmes ha vivido múltiples iteraciones, alejadas de los relatos originales de Arthur Conan Doyle, donde se le ha sometido a un análisis psicológico, justificando su mentalidad fría y analítica a través de traumas del pasado. Como en la novela “The Seven-Per-Cent Solution” (Nicholas Meyer, 1974), que posteriormente tendría una adaptación al cine titulada “Elemental, doctor Freud” (Herbert Ross, 1976). “Oliver Twist” (Charles Dickens, 1838) generaría varios pastiches, entre ellos el cómic “Fagin the Jew” (Will Eisner, 2003) basado en el personaje titular. Lo mismo sucedería con “El maravilloso mago de Oz” (L. Frank Baum, 1900), entre cuyas reinterpretaciones se halla ésta “Wicked”.

En ella, la historia busca dar una vuelta de tuerca a los personajes principales de la historia. Se describe a la Bruja Mala del Oeste, llamada en esta película Elphaba Thropp (Cynthia Erivo), como un personaje trágico. Una víctima de un mundo donde se discrimina lo diferente. La narración cuenta cómo conoce a la futura Bruja Buena del Sur, Galinda Upland (Ariana Grande), al príncipe Fiyero Tigelaar (Jonathan Bailey) o al mismísimo Mago de Oz (Jeff Goldblum), entre otros personajes.

Cynthia Erivo (Elphaba Thropp) y Ariana Grande (Galinda Upland)
Cynthia Erivo (Elphaba Thropp) y Ariana Grande (Galinda Upland)

Del teatro a la gran pantalla

Si bien el punto de partida de “Wicked” recae en la obra de Baum, se trata de una película basada en un musical teatral creado por Stephen Schwartz y estrenado por primera vez el año 2003 que, a su vez, adapta una novela titulada “Wicked: Memorias de una bruja mala” (Gregory Maguire, 1995). Se trata del primer libro de una saga pastiche donde se busca dar un giro radical al universo fantástico de Oz imaginado por Baum en sus novelas.

El responsable de llevar dicho musical a la gran pantalla es John M. Chu, quien ya se había encargado de llevar al cine otro musical: “In The Heights” (2021), uno de los mejores musicales vistos en el cine ésta última década, junto a la excelente “West Side Story” (2021) de Steven Spielberg. Chu junta fuerzas con Schwartz para dicha tarea. Ambos no sólo adaptan la obra, si no que además se preocupan de crear material añadido para desarrollar mejor los personajes principales de la historia y sus relaciones. Un factor en realidad bastante importante que, mejor o peor desarrollado en el film, dan mayor empaque a una trama principal llena de grises.

Este contenido añadido provoca que los 160 minutos de duración de la película adapten solamente el primer acto del musical original. Así, termina en lo que no deja de ser un punto de inflexión importante para la historia. Durante su metraje, se adaptan todas las excelentes canciones originales, de un modo muy cinematográfico. A destacar sobre todo, “Popular”, la suiteDancing Through Life” y “Defying Gravity”.

Fotograma de Oz
Fotograma de Oz

Los aciertos de Wicked

Más allá de las virtudes heredadas del musical original, “Wicked” tiene logros propios que la hacen destacar a parte de sus orígenes. Chu confiere al conjunto de una alegría general, un sentido del humor desprejuiciado y un sentido de la maravilla sorprendente encontrar en un blockbuster actual. En su condición, además, de fábula oscura, todo lo anterior se junta con aspectos tétricos que van entrando en la narración poco a poco. Se trata de unos puntos dramáticos pensados, muy probablemente, para la segunda parte, pendiente de estreno a finales del 2025. Así, la narración avanza con agilidad, potenciada por un gran diseño de producción de Nathan Crowley, los arreglos musicales realizados por el gran John Powell y el magnífico reparto, encabezado por Erivo y Grande.

Pese a sus aristas, ‘Wicked’ se trata de una producción redonda, que cumple de sobras su propósito de ofrecer un buen espectáculo, y redondea al dejar con ganas de ver su continuación.”

Por su parte, Crowley saca provecho de la mezcla de construcciones reales con CGI para unos diseños coloridos, imaginativos y alegres… La película goza de un excelente diseño de producción, a medio camino del clásico “El mago de Oz” (Victor Fleming & King Vidor, 1939) y el musical original. Se busca darle una imaginería visual a caballo entre las fábulas disneysianas y la propia del universo de Oz, aunque llenos de sombras y recovecos que esconden historias. Como ya pasara en la película antes mencionada, tras una presentación idílica del contexto narrativo, se avanza mostrando las penurias que asolan las tierras de Oz.

Por otra parte, Powell vuelve a demostrar porqué es uno de los mejores compositores trabajando en la industria actual. A pesar de no trabajar con material completamente original, dramatiza y hace suyos tanto los temas principales de la obra, como algunos acordes que remiten al film de Fleming y Vidor. Su trabajo está lleno de brío y energía, narrando con la música, como solo las grandes saben hacer. “Our Heroes Meet”, “Elphaba’s Power” o “Prince Fiyero of Winkie Country”, son tan solo algunos de los mejores temas del conjunto.

Jonathan Bailey es Fiyero Tigelaar
Jonathan Bailey es Fiyero Tigelaar

El corazón de Wicked

En todo caso, nada de lo antes mencionado funcionaría tan bien si no fuera por la presencia de un reparto tan acertado. Especialmente por sus dos actrices principales, quienes, por una simple cuestión de mayor presencia en el metraje, hacen los personajes completamente suyos. Si hay algo que sorprende en el trabajo de Grande como Galinda es su timing para el sentido del humor y lo mucho que abraza el carácter más pomposo de su personaje. El personaje funciona así de bien sobretodo gracias a ella, y a las múltiples facetas por las que pasa a lo largo de la narración. Sin embargo, Erivo sobresale por encima de todos gracias a su talento musical y la interpretación llena de matices.

El resto de actores tienen papeles más bien reducidos. Sin embargo, todos ellos estan perfectamente seleccionados para el papel que les toca. Cuesta no resaltar a Jonathan Bailey, cuya carisma sale de la pantalla desde su primer momento en la historia. Ethan Slater (Boq) como secundario completamente entrañable, igual que la encantadora Marissa Bode como la dulce Nessarose.

Fotograma de Wicked
Fotograma de Wicked

Desafiando las probabilidades

Con todo, la película podría haber redondeado mejor otros aspectos. La fotografía de Alice Brooks no hace justicia el trabajo del departamento de arte, desaprovechando demasiado a menudo las múltiples virtudes ofrecidas por la producción. Además de afear planos que, a manos de otro equipo, seguramente habría lucido mucho mejor. Por otra parte, por todos los aciertos de Chu al dirigir a sus actores y en acertar el tono, ofrece un trabajo de planificación algo torpe. Esto afecta sobretodo a unos números musicales mejorables a nivel de montaje. También a la hora de capturar con la lente las coreografías, que se perciben mejores de lo que realmente se ven.

Sea como sea, poco más se puede pedir a un blockbuster. Pese a sus aristas, se trata de una producción muy sólida. Cumple de sobras su propósito de ofrecer un buen espectáculo, y redondea al dejar con ganas de ver su continuación. La última secuencia contiene todo el corazón, dramatismo, y emoción que se pueda esperar de un tercer acto. Además, consigue crear algo que todas las producciones buscan conseguir: crear imágenes icónicas, que puedan pasar a la posteridad del cine como tantas otras lo han hecho a lo largo de la historia del cine. La duda que queda ahora es, ¿logrará la segunda parte igualar, o incluso mejorar, los méritos de la primera parte? En Noviembre del 2025 se saldrá de dudas.