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Babadook (Jennifer Kent, 2014)

04/02/2015

Modesta y encomiable

Es una encomiable propuesta terrorífica en la que la debutante Jennifer Kent se las arregla con soltura para tapar la que es una modesta producción, con las limitaciones presupuestarias que ello conlleva, gracias a un excelente uso del sonido, buena atmósfera y un guión que cruza los demonios externos con los internos.

La historia arranca con el accidente de coche que mata al marido de Amelia (Essie Davis) mientras están de camino hacia al hospital para dar a luz a Samuel (Noah Wiseman). Esto la deja tocada y cuando la película empieza vemos a una familia disfuncional en la que ella esta en punto muerto, incapaz de superar su perdida y a un paso de sucumbir ante la histeria de su hijo. Es aquí cuando el Babadook entra en su hogar para terminar de desequilibrar su vida emocional.

Babadook

El Babadook; que no deja de ser una variación del hombre del saco, es un monstruo que representa los miedos que llevamos dentro, alimentándose de ellos, con lo que a mayor miedo; mayor su poder. Es por eso que cuando finalmente vemos su rostro adquiere la forma del difunto marido. Pero es un monstruo de naturaleza ambigua, con un origen que la película deja al aire para que el mismo espectador decida si es real o es todo fruto de la perturbada imaginación de Amelia. Lo realmente importante es su lucha para superar la perdida de su marido y arreglar la relación con su hijo.

Babadook
Fotograma de Babadook

Esta carencia la ha convertido en una mala madre que ha afectado negativamente al crecimiento de Samuel. Éste demuestra su malestar a través de una insoportable histeria y rebeldía, y ella a través del cansancio y la depresión. Bajo este contexto el Babadook tiene vía libre para tomar posesión de la casa; y al final consiguen reducirlo solo cuando madre e hijo consiguen sanar su relación a través de fuerza de voluntad y muestras de amor. Junto a esto, Amelia consigue enterrar su pesar. Sin embargo, no hay herida profunda que no deje cicatriz; y en el sótano de la casa se queda el ente, siempre presente y esperando a alimentarse de algún otro miedo.

La película no sería igual de efectiva sin las entregadas interpretaciones del dúo protagonista. Noah Wiseman es un gran acierto de casting y es gracias a él que la demencia de Amelia resulta tan creíble. Sin embargo, es Davis quien lleva encima el peso de la película, y lo lleva siempre sin problemas. Su transformación emocional de una madre con una simple falta de sueño a alguien capaz de matar a su hijo es de aplauso, y con su actuación consigue transmitir auténtico terror.

Casi toda la narración tiene lugar en los confines de la casa de los protagonistas. Esta reducción de emplazamiento provoca una creciente claustrofobia, acompañada por una dirección de arte y fotografía en consonancia para buscar unos tonos fríos y oscuros; con un claro predominio del azul.

Babadook
Amelia (Essie Davis) junto con su hijo

Igual que gran parte del vestuario de sus habitantes, para que no quepa duda sobre los dueños del hogar. Crean una atmósfera inquietante acompañada de un gran diseño de sonido que se convierte en una de las piezas más importantes de la película. Atmósfera; sonido y un gusto hacia la sugerencia son las mayores armas de Kent para provocar miedo en el espectador.

Conclusión de Babadook

Es un tipo de terror reminiscente del terror clásico; aquel donde predomina el componente psicológico por encima de lo visceral, con más sitio para la sugerencia que para lo explícito. Remite a un miedo primitivo hacia la oscuridad, a las esquinas bañadas en sombras, a cosas indefinidas a las que nosotros damos forma, y a unos miedos que se cuelan en nuestras habitaciones por la noche y contra los que no hay sabana lo suficientemente gruesa que nos proteja. En resumen; una propuesta diferente y necesaria en el cine de terror actual.

Babadook
Samuel (Noah Wiseman)

Tráiler oficial (V.E.)