Apelando a la inocencia de los niños
La nueva película de animación «Ballerina» es una historia excepcional. Hará que muchos niños quieran ponerse en la piel de sus protagonistas y convertirse en bailarines, inventores o cualquier otra profesión que les llene de vida, y luchar por ello.
Todo empieza en un orfanato a las afueras de París. Allí, dos amigos, Felicia y Victor, sueñan en escaparse, viajar a París y empezar una nueva vida en la que poder alcanzar sus metas. Unas metas claras, esperanzadoras e inocentes que no sólo no reciben el apoyo de las personas que los rodean; sino que son atizadas por solemnes y demoledoras reflexiones como las de la madre superiora, que sin ningún atisbo de duda, sentencia en los primeros minutos que “Los sueños nunca se hacen reales. Son sólo ilusiones… La vida es implacable”. Un pensamiento tan real que traspasa la pantalla pero que, más allá de paralizar a los protagonistas; los espolean para alejarse de ese lugar y llegar a París para empezar su particular aventura.
Los personajes de Ballerina
Felicia, quién lleva el baile en la sangre, está decidida a convertirse en bailarina profesional y triunfar en la Ópera de París. Muy pronto tras su llegada a la ciudad de la luz conoce a una limpiadora que tras ver el potencial de la chica se convierte en su mentora y mejor aliada. Para ello Odette, que en el pasado había sido una gran bailarina; le abre con humildad las puertas de un nuevo mundo en el que el trabajo duro y la disciplina ayudan a la niña a progresar y acercarse cada vez más a su sueño.
Y Víctor, que tras su llegada a París, queda relegado a un segundo plano. Tras diversos sucesos que él mismo se encarga de explicar conoce de forma accidentada al ayudante de Gustave Eiffel. Consigue ganarse un puesto como «ayudante». Además, también le vale para estar en el taller del inventor y descubrir algunos de sus proyectos «secretos», al tiempo que sigue desarrollando sus propios artilugios.
La danza clásica «ballet»
El mundo de la danza clásica, tal y como lo explica su productor(Yann Zenou), «ha aparecido escasamente en el mundo de la animación, con excepción de algunos pasajes de Fantasía«, y «Ballerina» logra presentarlo con gran realismo gracias a las coreografías creadas e interpretadas hasta el más mínimo detalle por Aurélie Dupont y Jérémie Bélingard para que el equipo creativo moldeara la animación y le añadiera algunas piruetas que en la vida real serían imposibles pero que ensalzan el duro trabajo y la evolución de Felicia.
Un trabajo que, a pesar de todo, no sirve para derribar todas las barreras hasta el momento (clave) en el que comprende qué es lo que la hace querer bailar, más allá de la admiración y la pasión que siente por la danza.
París en Ballerina
La historia de «Ballerina» tiene lugar en el París de finales del siglo XIX. La ciudad ya poseía algunos de sus edificios más emblemáticos, y el equipo artístico de la película se ocupa de mostrarlo con un altísimo nivel de detalle para crear un entorno creíble y realista. Una época en la que Gustave Eiffel ya había empezado a trabajar en la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad. Ambas aparecen en distintos momentos de la película junto con el edificio de la Ópera; dando además un bello contexto a la aventura y sirviendo de testigo de una de las mejores escenas de la película: el duelo final entre Felicia y Camille… el instinto y la pasión vs. la técnica y el rigor. De lo mejor.
Conclusión
«Ballerina«, producida entre Francia y Canadá, es una película de animación a la altura de las mejores obras de la factoría Disney. Lejos de disponer de los recursos del estudio americano, ha sabido cubrir sus carencias con una historia de superación personal en la que cualquiera se puede sentir reflejado. Sin lugar a dudas, te deja con buen sabor de boca.
Además, las escenas sobre el entrenamiento de Felicia con Odette y las clases en la Ópera, al más puro estilo de Karate Kid o Rocky; así como la rivalidad con Camille y la envidia/odio de su madre hacia Felicia y Odette; te hacen desear con todas las fuerzas que la pequeña consiga demostrar todo su potencial y lograr su propósito. Suce poco a poco la tensión (sin llegar a niveles críticos), estimulándote para llegar al desenlace con una buena dosis de emoción.
Con todo, amistad, trabajo, autorealización, fracaso, competencia, rigor… Son algunas de las ideas sobre las que se mueve la historia y que completan la moraleja de que nunca debes dejar de luchar por tu sueño. Sin duda, un mensaje apto para toda la familia que de vez en cuando no viene mal recordar.
