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Ciudades de papel (Jake Schreier, 2015)

05/08/2015
Ciudades de papel imagen destacada

Drama de instituto

Las historias sobre la vida en el instituto y el paso hacia la universidad ha sido un tema recurrente en el cine abordado en películas tan dispares como “El club de los cinco” (John Hughes, 1985) o “Supersalidos” (Greg Mottola, 2007). Ambas son producciones con una misma constante: la presencia de un elenco de actores capaz de hacer suyos los personajes de la historia para que el drama narrado consiga llegar al espectador. Con la dirección de Jake Schreier, “Ciudades de papel” es otra vuelta de tuerca a este tipo de historias. Aunque tiene algunos elementos distintivos, al final los resultados no son tan satisfactorios como otras películas estrenadas hasta la fecha como las dos mencionadas o la más reciente “Las ventajas de ser un marginado” (Stephen Chbosky, 2012).

«Ciudades de papel» empieza presentándonos la amistad de Quentin (Nat Wolff) y Margot (Cara Delevingne) de pequeños y como el tiempo los separa hasta crearse un muro entre ellos. Ella es una chica extrovertida y famosa en el instituto, y él un chico tímido que pasa por los pasillos desapercibido junto a sus dos amigos de siempre Ben Starling (Austin Abrams) y Radar (Justice Smith). Se trata de un grupo de amigos enfrentado a la inminente separación provocada por el paso a la universidad. Nada cambiará en Quentin hasta que una noche ella vaya a buscarlo con una petición especial con la que empezará una inesperada aventura en la vida del protagonista. En ella aprenderá distintos valores sobre la vida. Vivirá las que serán sus mejores experiencias del instituto antes de abandonarlo, y finalmente ahondará aún más en la relación con sus amigos.

Imagen de Ciudades de papel
Imagen de Ciudades de papel

Buscando una luz propia

Nos encontramos con una película que no brilla precisamente por su originalidad y ejecución. La relación maltrecha entre Quentin y Margot no es lo que realmente trasciende de la historia. El guión de «Ciudades de papel» da varias vueltas hasta centrarse en el corazón de la película, y durante ese tiempo puede perder el interés del espectador con giros y recursos del thriller de lo más absurdos. Aunque la trama principal gira entorno a Margot, esto finalmente se alza como una excusa para hablarnos de Quentin. Cuando la narración se centra en él sobresale por encima de todo la relación entre el trío de amigos con unos momentos en la que la película finalmente brilla con luz propia.

Es un ejemplo de que un grupo de actores mínimamente carismáticos y unas líneas de dialogo con chispa pueden conectar con el espectador (casi) sin artificios. Puede que eso se deba a que tanto Abrams como Smith sean de lejos los mejores fichajes de la película, porque por desgracia Wolff y Delevingne no terminan de convencer en los papeles que les toca interpretar.

El primero realmente cumple en el tramo final cuando la vida le da un puñetazo en toda la cara, pero por todo lo demás no termina de cuajar en el papel de chico tímido y normal. Por otra parte, ella suple la falta de fuerza que el personaje debería de tener con una carisma propia que seguro adecuará mejor en futuros trabajos. Más actores de perfil adolescente entran y salen de la pantalla con distintos grados de importancia cumpliendo correctamente sus funciones, como es el caso de Jaz Sinclair y Halston Sage.

Cara Delevingne y Nat Wolff
Cara Delevingne y Nat Wolff

En resumen

Poco más se puede decir de «Ciudades de papel«. La labor de Schreier detrás de las cámaras es elegante pero al final anodina. La selección musical cumple los requisitos del cine independiente con menciones a grupos alternativos como Vampire Weekend, y a otras referencias culturales como las de Walt Whitman. Es un tipo de cine con unas características ya asentadas de las que bebe enormemente, y su mayor baza es haber sabido encontrar algunos elementos propios memorables en la que es, en resumen, una película conmovedora en varios momentos, pero con un desarrollo que se pierde por el camino al intentar abarcar más ideas de las que sabe manejar. Por suerte la historia termina retomando el rumbo y nos ofrece un final de lo más satisfactorio.