Retrato de una familia
«Coco» es el bello retrato de una familia trabajadora que bien podría parecerse a la mía, a la tuya, o a la de tu vecino. Y es que uno de los grandes logros de la historia es que nos invita a identificarnos con sus personajes y hacernos sentir emociones que a veces preferimos ‘esconder’. Se trata de una película muy arriesgada, si tenemos en cuenta que la narración gira entorno a ‘la muerte’. A pesar del portentoso despliegue audiovisual, no es descabellado pensar que podría incomodar a aquellos espectadores, especialmente a los niños, que todavía no entiendan uno de los temas más sensibles que nos acompaña, de un modo u otro, a lo largo de nuestras vidas.
En el centro de todo tenemos a Miguel. Se trata de un niño de 12 años que sueña en convertirse en un cantante exitoso al igual que su ídolo, Ernesto de la Cruz. Es el músico más famoso de la historia de México. Sin embargo, difícilmente lo logrará, pues su familia tiene prohibida la música desde que su tatarabuela lo impusiera muchos años atrás. Una prohibición que ha pasado de generación en generación y que se sigue aplicando de la forma más estricta por la familia de Miguel.
Todo ello en un contexto maravilloso y cuidado hasta el más mínimo detalle (no se podía esperar menos de Pixar): un pueblo llamado Santa Cecilia, inspirado en la gente, la cultura y las tradiciones de México que, fruto de un gran estudio y trabajo por parte de los responsables del filme, logra zambullirnos en un lugar entrañable que inevitablemente nos resulta familiar.
La familia
Miguel se encuentra ante una disyuntiva que en muchas ocasiones encontramos, tarde o temprano, dentro de una familia: elegir entre su pasión o el amor por los suyos, o dicho de otro modo, entre la música y el negocio familiar. Y aunque éste se decide por la música, el camino que elige para lograrlo lo llevará a vivir una experiencia mágica que nunca olvidará. A través de algún tipo de sortilegio se hace invisible para los mortales, a la vez que se hace visible para todos los muertos que, precisamente ese día ‘Día de Muertos‘, se trasladan desde su mundo para visitar a sus familiares vivos.
A Miguel lo acompañan Mamá Coco, su bisabuela, nexo conector entre el presente y el pasado de la historia. Una adorable anciana de 97 años con la cara llena de arrugas que, a pesar de su fragilidad, tiene un vínculo especial con su bisnieto, quién la hace partícipe de todas su aventuras y le profesa un amor incondicional. Y la Abuelita, la abuela de Miguel; la persona que se ocupa de hacer cumplir las reglas de la familia Rivera siempre que lo considera necesario. Ambas juegan un papel muy relevante, por encima de sus ‘papás’, en el mundo real. Y, por supuesto, Dante, un perro xolo (Xoloitzcuintli, la raza mexicana de perros), sin pelo y sin apenas dientes, que cual leal compañero es el único ser con el que puede compartir su música y gran parte de sus aventuras.
Unas palabras del director
Y es que la familia (con permiso de ‘la muerte’), es el tema sobre el que gira Coco. Tal y como afirma el codirector y guionista Adrián Molina “Todos formamos parte de una familia“. Son relaciones maravillosas a la vez que complicadas. Pero nuestra familia determina quiénes somos, lo que hizo que nos preguntáramos: Si tuvieras la oportunidad de conocer a tus antepasados, ¿qué reconocerías en ellos que ves en ti mismo?”
Día de Muertos
El ‘Día de Muertos‘ es una fiesta que se celebra, principalmente, en México y que en el 2008 la Unesco declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Aunque entraña un profundo significado cultural, es importante conocer los aspectos festivos que hacen que tanto niños como adultos participen de la celebración, pues se trata de recordar, sin pesadumbre, a los familiares y seres queridos que ya no están entre nosotros, para sentirlos cerca una vez más.
En la película, sólo durante ese día, el mundo de los vivos y el de los muertos se unen de manera mágica para dar lugar a una gran reunión familiar, haciendo posible lo imposible: la convivencia en el mismo espacio de las personas que están en vida con las que ya perecieron (aunque en realidad no se vean).
En el Día de Muertos en México es costumbre encontrar la calle llena de caminos hechos de pétalos de caléndula que guían a los difuntos hacia las ofrendas, altares con las fotos de la familia, sus platos favoritos y objetos especiales. Un detalle que los realizadores llevaron a la película en forma de un puente con luminosos pétalos color naranja, tan elegantes como mágicos, que conecta los dos mundos.
Unos lugares que contrastan por su luz (la acción en Santa Cecilia transcurre principalmente de día, mientras que en la Tierra de los Muertos, de noche), el color (más discreto en la Tierra y más colorida al ‘otro lado’), así como en el diseño del pueblo y de la ‘urbe’ en la que conviven con todos los lujos las familias de esqueletos.
La Tierra de los Muertos
Este divertido y colorido mundo paralelo está poblado por generaciones de personas que dejaron la Tierra de los Vivos hace mucho tiempo, incluidos los propios antepasados de Miguel, que lo encuentran y se ofrecen a ayudarle para regresar con su familia (viva), aunque con ciertas condiciones… Algo que Miguel no está dispuesto a aceptar, por lo que se empeña en buscar a alguien que lo pueda ayudar a regresar con los suyos sin limitaciones y que ni más ni menos resulta ser su ídolo, Ernesto de la Cruz, quién igual que lo fuera en vida, sigue siendo el personaje-esqueleto más famoso en la Tierra de los Muertos.
En su travesía para llegar hasta Ernesto cuenta con la ayuda de Héctor, un esqueleto desgarbado y callejero, que a cambio de un ‘pequeño’ favor se ofrece a acompañar al chico, aunque al final no todo sea lo que parece…
La Música
La música merece una mención especial, pues no sólo suena real, sino que lo es. A parte de un excelente y genuino doblaje, cuenta con la banda sonora original del compositor Michael Giacchino (ganador del Oscar® con la película “Up“), que gracias a su ‘toque’ consigue potenciar el abanico de emociones por las que discurre la historia.
Para las escenas musicales, extraordinarias todas ellas, los realizadores se basaron en imágenes de músicos reales, y momentos como los de Miguel tocando la guitarra, te dejan sin aliento. Y, por supuesto, no faltan las canciones tradicionales mexicanas y la intervención de los mariachis.
El tema original ‘Remember Me‘, a cargo de los compositores Kristen Anderson-Lopez y Robert Lopez (ganadores del Oscar® en “Frozen: El reino del hielo”), es la canción más famosa de Ernesto de la Cruz en la película, y la escuchamos en diversas ocasiones.
Conclusiones
«Coco» es una bella historia, emocionalmente compleja e irremediablemente entrañable. Sus detalles la hacen grande: los diálogos, los colores, el vestuario, sus personajes… demasiados para enumerarlos. Se le pueden encontrar pegas en forma de similitudes con otros títulos de la factoría, algo que puede apreciarse de forma más o menos evidente según el espectador, pero más allá de cualquier (odiosa) comparación, no hay ninguna duda del respeto y del cariño con el que sus creadores han desarrollado el proyecto, algo palpable en cada escena.
La familia, por encima de todo, y la muerte, que inevitablemente nos acompaña. La película evita, en lo posible, cualquier tinte lúgubre y profundiza en la necesidad universal de cualquier persona de ser recordada, de sentir que le importaremos a alguien mucho después de dejar el mundo, y de mantener vivos los recuerdos de nuestros seres queridos.
¿Apta para todos los públicos? No lo tengo claro… pero, sin duda, vale mucho la pena disfrutarla!.