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Donnie Darko (Richard Kelly, 2001) | Crítica

08/05/2022
Donnie Darko imagen destacada

Estrellas fugaces

A lo largo de la historia del cine ha habido casos de directores que han estado en boca de todos por un debut estelar, solo para caer después en el olvido. Richard Kelly saltó al largometraje cuando “Donnie Darko” llegó al público el año 2001. Pese a su buena recepción en Cannes, fracasó en taquilla. Fue necesaria su posterior edición en DVD y el buen hacer del boca a boca lo que permitió que este título tuviera una segunda vida en el mercado doméstico. Con su mezcolanza de géneros y guion extraño, no tardó en erigirse como un título de culto. A día de hoy es una de las grandes referencias cuando sale una opera prima de tono diferente y con un protagonista adolescente. Como sucedió hace unos pocos años con la muy recomendable “Come True” (Anthony Scott Burns, 2020).

Desde el principio de la historia, Kelly impone su universo y nos invita a entrar en él con delicadeza. Donnie Darko (Jake Gyllenhaal) se despierta en una carretera desierta. Tras mirar a su alrededor de modo confuso, decide coger la bicicleta que tiene al lado para volver a casa. Allí nos introducirán a su familia, entre los que podemos encontrar a Mary McDonnell (Rose, su madre), Holmes Osborne (su padre Eddie), Daveigh Chase (Samantha) o Maggie Gyllenhall, hermana del protagonista tanto dentro como fuera de la pantalla. Así, con la inquietante música de Michael Andrews y la puesta en escena del director, se nos va introduciendo poco a poco a la peculiar historia que nos van a contar. Una que se disfrutara más cuantos menos detalles conozcamos sobre su desarrollo.

Maggie y Jake Gyllenhaal en Donnie Darko
Maggie y Jake Gyllenhaal en Donnie Darko

La encrucijada de Donnie Darko

Si “Donnie Darko” se puede considerar como obra de referencia para operas primas bizarras, es en gran parte porque se trata de una obra aparte. Es un tanto difícil clasificarla, especialmente por la mezcla de géneros con las que juega. Desde el thriller, a la fantasía, el cine ciencia ficción, el de terror, o una coming of age adolescente.

Por un lado, se nos presenta la historia de un adolescente desilusionado con el status quo de la comunidad donde vive. Como todo adolescente, busca su lugar en el mundo. Sin embargo, no puede evitar ver su alrededor como una comunidad opresiva, rígida y conservadora. Ni tan solo las visitas con su psiquiatra parecen serle de mucha ayuda. Esta será la línea narrativa principal, aunque de por medio se mezclará su relación amorosa con Gretchen Ross (Jena Malone), sus crecientes delirios psicodélicos, y la antipatía hacia ese gurú puritano llamado Jim Cunningham (Patrick Swayze).

Así, se mezcla el retrato de un adolescente con una aguda crítica a la sociedad (el retorno de una «moral» inquisidora, el reinado de los gurús del bienestar…), y la propia fantasía de la premisa. En muchos aspectos, “Donnie Darko” parece una mezcla entre “El guardián entre el centeno” (J.D. Salinger, 1951), el cine de David Lynch y los viejos seriales de “The Twilight Zone” (1959-1964).

Patrick Swayze es Jim Cunningham
Patrick Swayze es Jim Cunningham

Siguiendo al conejo… ¿blanco?

Uno de los principales puntos fuertes de la película reside en el universo que Richard Kelly consigue crear. A partir de una puesta en escena lenta, enigmática y evocatica, el director se preocupa en ir presentando situaciones, a cada cuál más bizarra, al mismo tiempo que nos van presentando los múltiples personajes que, de un modo u otro, influyen en la vida de Donnie. Es especialmente destacable ver como cada uno de esos personajes cobra vida en cuanto aparecen en pantalla. Ya sea por pequeños gestos que los retratan o por como Kelly coreografía las secuencias. Sin olvidar la increíble calidad del reparto, sin excepciones, y del tratamiento de los personajes en el guion.

Todos ellos tienen su propia historia, por muy breve que sea. Tienen un pasado más o menos feliz y sus secretos ocultos que solo a veces salen a relucir mediante miradas o expresiones. En todo caso, ninguno de ellos se siente como meras cáscaras vacías o personajes de relleno. Todos tienen un lugar merecido en la historia, más allá de las interacciones con el personaje titular.

En este punto es complicado no destacar la magnífica secuencia en los pasillos del instituto donde asiste el personaje titular. Con el tema «Head Over Heels» de Tears For Fears de fondo, vamos conociendo a todos los personajes que se encuentran dentro de ese ecosistema. Es una secuencia poética y llena de intención. De hecho, el resto de canciones no originales elegidas contribuyen a la atmósfera etérea y melancólica de la película. Incluso las letras de las canciones parecen resonar con la historia de la película y de esa época concreta.

Donnie y Gretchen (Jena Malone)
Donnie y Gretchen (Jena Malone)

Héroes y villanos

El guion se refiere constantemente a una noción de dualidad. De oposición. Ya sea generacional, política o filosófica. La dualidad entre los hombres, pero también en el hombre como individuo. En “Donnie Darko” las cuestiones morales y religiosas son fundamentales.

Por una parte, Donnie Darko busca un sentido a su vida. A pesar de la ayuda de su psicoterapeuta, está solo con sus preguntas. Su carácter agnóstico le abre el campo de las posibilidades y le da materia para aceptar su destino, entre el existencialismo y el determinismo. En cierto momento del metraje, se menciona que Donnie Darko parece el nombre de un superhéroe. Aunque parezca una broma es en realidad bastante revelador de la concepción que Kelly tiene del personaje. Poderes, responsabilidades, destino… Encontramos aquí todos los elementos, ahora ya característicos del género.

En contraste con el héroe, el papel de Jim Cunningham, interpretado por el brillante y fallecido Patrick Swayze, es el símbolo de una América puritana y de una concepción binaria del mundo que opone el Bien y el Mal. Como un gurú que predica la buena palabra, pretende curar el miedo a través del amor, con el apoyo de sus seguidores. Proveedor oficial de la felicidad, este estilo de vida es el caldo de cultivo de las neurosis más extremas y banales, perfectamente retratadas por Kitty Farmer (Beth Grant).

Kitty Farmer (Beth Grant) y Susie Bates (Drew Barrymore)
Kitty Farmer (Beth Grant) y Susie Bates (Drew Barrymore)

Una opera prima sensacional

Hay mucho más que decir sobre “Donnie Darko”, ya que su historia es rica y puede ofrecer varias lecturas e interpretaciones. Cada visionado aporta nuevas respuestas, pero también puede originar nuevas preguntas. Divertida, triste, absurda o aterradora, se trata de una de las mejores operas primas de las últimas décadas.

Richard Kelly volvería a la dirección con “Southland Tales” (2006). Una película que duplicaría en las dosis de rareza vistas en ésta “Donnie Darko”. Sin embargo, a diferencia de ésta, ya empezaría con problemas desde un pase en Cannes donde la recepción no sería la misma que en la opera prima de Kelly. Un caso de pecar de ambición y extrañeza, que sepultaría una prometedora carrera de un director que, dos décadas más tarde, no ha podido sacar adelante tantos proyectos como debería. Al menos sirvió de carta de presentación para Jake Gyllenhaal quien, a diferencia de Kelly, ha tenido la suerte de contar con una trayectoria tan larga como interesante.