La hija del jefe de Motunui
Vaiana, la hija del jefe de Motunui, sueña desde niña con cruzar el arrecife que rodea la isla en la que habita y empujada por la necesidad de encontrar respuestas para salvar a su pueblo; se embarca en una misión épica que la llevará hasta dónde nunca había imaginado.
«Moana» en su versión original (cuyo significado en muchas lenguas polinesias es «océano» o «mar profundo»); es una chica de 16 años que desea desde niña salir de su pueblo; navegar y descubrir que hay más allá del arrecife que rodea su isla.
Es una joven valiente; responsable; audaz y muy lista; que tiene la oportunidad de embarcarse en una peligrosa aventura para encontrar a Maui, un semi dios que tras enfrentarse a Te KÂ (demonio de la tierra y el fuego) muchos años atrás desapareció y nadie supo más de él; con la esperanza de que la ayude a restaurar el orden que él mismo rompió al robar el corazón de Te Fiti, la Isla Madre; desencadenando el avance imparable de una oscuridad que arrasa con todas las islas a su paso.
La familia y el pueblo de Vaiana
A pesar de los esfuerzos de su padre (el jefe Tui) para impedir que Vaiana se adentre en el mar y cruce el arrecife, y que se centre en seguir sus pasos y los de sus antepasados como gobernadores de la isla; la influencia y el amor de su Abuela Tala la animan desde muy pequeña a mantener su sueño vivo, a saltarse las reglas y desafiar los peligros del mar. Ambas comparten una conexión muy especial con el océano que las hace estar extremadamente unidas y, a pesar de que la abuela ¿parece? un poco «loca»; sabe que Vaiana es «la elegida» y dedica su vida a guiarla hacia su destino, ocultándole algunos secretos de sus antepasados para que los descubra cuando le llegue el momento.
La historia gira entorno al amor que siente Vaiana por su familia y su pueblo, y que la empuja intentar salvarlos de la oscuridad que ya ha empezado a afectar a la vida tranquila a la que estaban acostumbrados. Sin peces que pescar ni frutos de los árboles; sabe que les queda poco tiempo hasta que la isla se consuma; así que se aferra a sus raíces de exploradora y navegante y se hace a la mar con la compañía inesperada de Hei Hei; un pollo MUY «despistado» y particular.
La Islas del Pacífico y el Océano
El equipo encargado de crear el mundo de Vaiana, viajó a Fiji, Samoa y Tahití y después a Nueva Zelanda. “Queríamos evitar al máximo las cosas ‘de turistas’ y profundizar mucho más», dice Clements. “Queríamos conocer a gente que creció en las islas, escuchar y saber por qué la cultura de esas islas es tan extraordinaria”. Y no cabe duda de que su investigación logra transportarnos a ese rincón del planeta de hace 2.000 años de una forma realmente brillante. Las islas; las panorámicas y el mar tienen una calidad asombrosa, con colores vivos que consiguen que te enamores y te impliques en la historia.
Pero más allá de las islas, hay que hacer una mención especial al océano; el mejor aliado de Vaiana; pues gran parte de la aventura se desarrolla en el mar, siendo por si sólo otro protagonista sobre el que gira la historia.
Según sus realizadores «la presencia de agua acapara más del 80% de los efectos de la película«. Y de que manera!… aguas cristalinas a las orillas de la isla; la impenetrable oscuridad en lo más profundo del mar o la fuerza de las tormentas en medio del océano quedan perfectamente representadas en cada secuencia con una dosis de realismo que alcanza la perfección y que hace gala de la relación tan especial que tienen los habitantes de Oceanía con el mar.
Maui
«Semidiós del viento y el mar; cambia formas y héroe de todos los hombres«, a pesar de todas sus habilidades, acaba rindiéndose a la perseverancia de Vaiana y la acompaña en su misión para devolver el corazón a la Isla Madre.
Medio Dios y medio mortal, fue en su día el héroe más grande de Oceanía pero en el presente es víctima de su pasado al ser el responsable de la aparición de la oscuridad que amenaza al mundo. Y no sin resistirse, acaba aceptando el reto de recuperar la gloria de su «época dorada» y ayudar a la chica a restaurar el equilibrio perdido.
Maui es un personaje con muchas aspectos a destacar, pero sobresalen los tatuajes que cubren su cuerpo y que nos revelan momentos; hazañas y derrotas de su pasado. Entre ellos, encontramos a «Mini Maui», un personaje en dos dimensiones que actúa como su conciencia (al más puro estilo de Pepito Grillo en Pinocho) y que intenta «controlar» al héroe para que no comenta nuevas locuras de las que lamentarse. Juntos dan lugar a varios momentos realmente divertidos.
En su travesía junto a Vaiana, conoceremos a los Kakamora; unos piratas salvajes con armaduras de cocos que viven en un barco recubierto de basura; Tamatoa; un cangrejo de 15 metros que vive en Lalotai («Lalo» significa ‘por debajo’ y «tai» significa ‘el mar’) el reino de los monstruos, y que esconde el anzuelo mágico del héroe entre una colección de tesoros que cubren su cuerpo; y Te KÂ; un enorme monstruo de lava de 60 metros de altura al que no se puede derrotar y que Maui despertó al robar el corazón de Te Fiti. Todos ellos serán algunos de los obstáculos que deberán superar para llegar a su destino.
Vaiana: seria candidata para desbancar a Frozen
Los clásicos de Disney se caracterizan, entre otras cosas, pos sus canciones. Y en esta ocasión se ha reunido un equipo de lujo para crear una banda sonora y un repertorio de canciones que potencian al máximo la historia. Sus creadores han participado en grandes éxitos como «La Sirenita» «Tiana y el sapo» o «Aladdin«; todas ellas grandes historias con un apartado musical muy destacado, y Vaiana es un nuevo hito en su haber. El tema “How Far I’ll Go” (Que hay más Allá, interpretado por María Parrado) es la canción de Vaiana y unos de los temas principales, junto a «You’re Welcome» (De Nada), de la película.
Vaiana, el clásico nº 56 de Walt Disney Animation Studios, es sin lugar a dudas la película de animación de esta Navidades y muy probablemente la mejor de 2016 (con permiso de Zootrópolis). Una historia que lo tiene todo para desbancar a Frozen: El Reino de Hielo y a sus princesas, Elsa y Ana; del trono en el que llevan subidas desde hace casi cuatro años para oxigenarnos y regalarnos un nuevo repertorio musical que, junto a su preciosa historia, no olvidaremos.