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Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005)

04/03/2016
Brokeback Mountain imagen destacada

No es baladí que la película abra con unos planos de unos paisajes inhóspitos, fríos y con una predominante del color azul. Es un modo de marcar el tono de lo que presenciaremos durante el resto del metraje, que no es nada más que un retrato de una sociedad retrógrada con unos valores sociales que están más allá de toda lógica moral y legal. Si la homosexualidad todavía es un tema delicado en la actualidad, aún más lo era en la década de los 60 cuando tiene lugar la película. Acrecentado por el contexto donde se desarrolla el drama: en pleno territorio country americano, donde el machismo está a la orden del día.

El amor es una fuerza de la naturaleza

Poco más merece ser comentado de la historia sin entrar en detalles sobre su desarrollo, que mejor mantendremos en secreto. Ennis y Jack se conocen y se enamoran en las montañas del estado de Wyoming mientras cuidan de las ovejas de un poderoso ganadero llamado Joe Aguirre (Randy Quaid) durante un verano. Aunque ambos saben perfectamente lo que quieren, son conscientes de que podrían ser repudiados.Por eso deciden partir caminos para poder vivir una vida más tradicional. Considerando el tema, se tiene que alabar el retrato certero de una relación de esas características en un contexto espacial y temporal tan único, esto es, de western puro y duro en el que la homosexualidad es peor crimen que el mismísimo asesinato. Bajo esta idea se teje una longeva relación sentimental que los personajes solo podrán disfrutar ocasionalmente.

Heath Ledger en Brokeback Mountain
Heath Ledger en Brokeback Mountain

Sin duda, el trabajo dedicado a la pareja protagonista es lo mejor de la película. Se alejar de maniqueísmos superficiales y enterrar las caracterizaciones en la austeridad. En sus funciones de guionistas, basándose en un relato de Annie Proulx, tanto Larry McMurtry como Diana Ossana son conscientes de la premisa que tienen entre manos y ponen todo su empeño en dibujar a los personajes de un modo natural y sincero, moldeados por la vida dura que les ha tocado vivir. Crean una dicotomía en ellos al presentarnos a Ennis como un personaje reservado, silencioso y estoico, rasgos vistos en múltiples ocasiones en la figura del cowboy, contrapuesto al carácter más efusivo del personaje interpretado por Gyllenhaal.

Inseparables

Son características muy básicas que, a pesar de diferenciarlos, no impiden que encuentren un nexo de comunión en la atracción mutua que sienten desde el primer momento en el que se ven. Son características que, sin embargo, esconden unas verdades que por un motivo u otro no consiguen poner en palabras por miedos, inseguridades u opresiones externas de las que se ven incapaces de escapar. Esto es especialmente cierto en Ennis, quien en un momento de la película afirma que “Cuando no tienes nada, no necesitas nada”. Aunque la frase es la respuesta a una pregunta que nada tiene que ver con el drama principal, es una declaración de todo lo que vive el personaje.

Dicho todo esto, el resto del elenco de personajes secundarios brilla por todo lo contrario. Lejos de las complejidades del dúo protagonista, todos ellos se definen bajo una nota monótona de la que no salen. Consecuentemente, uno puede deducir como se desarrollaran ciertos acontecimientos. A pesar de ello, todos los actores están fenomenales, desde secundarios como Randy Quaid, Anne Hathaway, Michelle Williams o Linda Cardellini; hasta Ledger y Gyllenhaal como los protagonistas indiscutibles que son.

Fotograma de Brokeback Mountain
Brokeback Mountain, de Ang Lee

Los paisajes de Wyoming

Si la película destaca por unos parajes fríos retratados por el director de foto Rodrigo Prieto, la cosa cambia cuando nos adentramos junto a los personajes a las montañas de Wyoming, donde nos muestran los entornos de un modo paradisíaco. Las imágenes pecan de un cierto preciosismo gratuito, pero considerando lo capturado por la lente, bien se le puede dar un pase. Ang Lee se aprovecha de ello para crear una perspectiva melancólica para la narración. Ello ayuda a incrementar el drama de la película. Sobretodo para los momentos en los que los personajes principales se reúnen en lo que termina siendo una vía de escape de sus vidas anodinas.

El director también se aprovecha de ello para dar un ritmo pausado a la narración. Aunque propia del género western, nunca llega a los cenits de un Sergio Leone. Además, hace un gran trabajo en los momentos más íntimos entre la pareja protagonista. Deja que su mano para los actores, el trabajo interpretativo y el guión trabajen al unísono para recrear unas escenas que transmiten la ternura que se profesan los personajes, sin caer en derroteros melodramáticos.

A pesar de ser anecdótica, cabe destacar la composición creada por Gustavo Santaolalla. Con unas raíces entre el country y el folk, crea unos temas bellísimos, a destacar el tríptico formado por “Brokeback Mountain 1”, “Brokeback Mountain 2” y “Brokeback Mountain 3”, y “The Wings”. Temáticamente, como bien hiciera McMurtry en su excelente novela “Paloma solitaria” (1985), “Brokeback Mountain” se podría considerar un anti western al romper el mito del vaquero centrándose en la parte destructiva del arquetipo, siendo en este caso Ennis Del Mar uno silencioso y lacónico que por motivos diversos prefiere esconder su verdadera persona.

Jake Gyllenhaal en Brokeback Mountain
Jake Gyllenhaal en Brokeback Mountain

Un western atípico

Dicho todo esto, hay momentos en los que la película no termina de fluir bien. Especialmente en algunas transiciones temporales para hacer avanzar la trama que terminan produciendo una sensación de deja vu. Aunque hay una intención dramática al presentarnos tan solo un puñado de escenas de Ennis y Jack juntos en las montañas, esos momentos podrían haber tenido un mayor desarrollo para hacernos sentir más la mencionada sensación de paraíso aislado. Lo mismo se podría decir de los momentos más western cuando transportan al ganado. Un poco más de metraje en esos momentos podrían haber beneficiado un desarrollo de los acontecimientos más estable.

El amor es una fuerza de la naturaleza”, reza el eslogan del póster de la película. El gran acierto de la película es retratar esa misma idea alejándose de melodramas. Así, se enmarca la historia de un modo trágico en un género tan masculino como el western. Se sale de la línea más salvaje o aventurera que se ha explotado en él durante décadas. Ello para centrarse en ideas igual de características como el rodeo o el transporte de ganado. Puede que debido a la naturaleza de la premisa que no dejaba lugar a estereotipos,Brokeback Mountain consigue lo que es tan difícil de retratar en una relación: sinceridad, ternura y autenticidad lejos de artificios pomposos.