Saltar al contenido

Detective Pikachu (Rob Letterman, 2019)

11/07/2019
Detective Pikachu imagen destacada

Del videojuego a la gran pantalla

Es bien sabido que el cine siempre se ha nutrido de repetir fórmulas y estructuras de guión exitosas para dar vida a una de las industrias más fructíferas del nuevo continente. Incluso dentro de franquicias no es raro encontrar secuelas curtidas bajo un mismo patrón. Realmente, no hay nada de malo en ello. La falta de ambición ni es ni debería de ser siempre un problema. No obstante, sí lo es el no intentar mejorar una base que se sabe deficiente a pesar de tener los recursos para hacerlo, como sucede en ciertas grandes franquicias actuales.

Detective Pikachu” es una película que se tambalea entre la fina línea que separa la comodidad más odiosa y el riesgo intrínseco de una premisa como esta. Porque, como es bien sabido, las adaptaciones de videojuegos no son precisamente famosas por su gran calidad. En lugar de pretender adaptar los juegos originales de Pokémon de tono más aventurero, sus responsables se decantan por un spin off de lo más sugerente basado en un Pikachu parlanchín con gorro de Sherlock Holmes enfrascado en un misterio a resolver junto a un chico joven que en la película toma el rostro de Justice Smith.

Justice Smith es Tim Goodman
Justice Smith es Tim Goodman

Pikachu en clave noir

Si esto resulta todo un acierto se debe a que, de este modo, la película puede recurrir a elementos puramente iconográficos del cine negro para construir el mundo presentado en la película. Así, vemos calles llenas de humo, con luces de neón, y también la figura del detective privado, de la femme fatale, las conspiraciones en los niveles más altos de la sociedad… Aunque adaptado a los estándares, no solamente de una producción para toda la familia, sino de una película de Pokémon, con sus reglas de juego únicas. De este modo, podemos ver cómo adaptan de un modo muy obvio algunas de las criaturas de la franquicia dentro de los márgenes de lo que puede ofrecer el noir.

Algo habitual en el universo presentado es que todo el mundo tiene un Pokémon de acompañante. Estas son unas criaturas cuyo vocabulario se reduce a las sílabas que conforman su nombre. Esa convivencia forma parte del status quo de ese universo, de ahí la vida armónica en Ryme City, donde se desarrolla gran parte de la historia. Es por eso que cuando conocemos la reticencia de Tim Goodman (Smith) para tener a uno de ellos como acompañante, podemos ver atisbos de un conflicto en su interior.

El primer punto de giro será la noticia sobre la muerte de su padre, y el segundo será cuando conozca al Pikachu titular, con quien mantendrá un vínculo especial que le permitirá entenderlo como si fuera otra persona. A partir de ahí se verán obligados a trabajar juntos para dar luz a la verdad detrás de lo sucedido al famoso detective Harry Goodman. Por el camino conocerán a la aspirante a periodista Lucy Stevens (Kathryn Newton), cuyo Pokémon es un entrañable Psyduck. Ambos jugarán un papel importante en la historia.

Pikachu
Pikachu

Sobre terreno explorado

El responsable de dirigir esta adaptación es Rob Letterman, quien hace unos años nos ofreció un producto familiar parecido que también adaptó a la gran pantalla una popular franquicia prescindiendo de las premisas originales: “Pesadillas” (2015). El hecho de partir de territorio conocido, al enmarcar el drama en el terreno del cine negro, le permite ir directamente a referentes cinematográficos, siendo el más obvio la excelente “¿Quién engañó a Roger Rabbit” (Robert Zemeckis, 1988), en lugar de basarse en un medio interactivo como es el de los videojuegos, para hilvanar la historia que el director y su equipo de guionistas quieren narrar.

Del mismo modo, al presentarnos a Tim como un personaje resignado en su negativa a tener un compañero Pokémon y a lo que ha sido de su vida, uno puede intuir cómo se desarrollará su arco de personaje. Aunque seguir una fórmula concreta no garantiza que se lleve a buen puerto, se facilita que el drama funcione, y, a diferencia de muchísimas otras adaptaciones de videojuegos recientes como “Warcraft” (Duncan Jones, 2016) o “Tomb Raider” (Roar Uthaug, 2018), “Detective Pikachu” encuentra dos de sus grandes bazas en lo bien que funcionan el drama y las relaciones de sus personajes principales.

Una espada de doble filo

Dicho todo esto, articular toda la película sobre terreno hartamente explorado supone una espada de doble filo dado que, por una parte, ayuda a poder construir bien la película, pero por otra cae en la falta de sorpresa e ingenio en casi todo el desarrollo de la historia. Mirándolo honestamente, si lo comentado anteriormente funciona bien se debe más que nada por tirar de zonas comunes tan conocidas que, finalmente, carecen de gancho y sorpresa. Tampoco ayuda mucho que el caso principal avance de un modo atropellado, que haya un abuso de exposición y también de soluciones narrativas un tanto convenientes.

Kathryn Newton en Detective Pikachu
Kathryn Newton en Detective Pikachu

Además de tener un plantel de secundarios dibujados lo justo para cumplir su función en la historia, entre ellos con actores carismáticos como Ken Watanabe o Bill Nighy. Esto es, sin contar la bienvenida presencia de un Ryan Reynolds como la voz de Pikachu, a quien le dan unos diálogos más picantes de lo que cabría esperar de una producción como esta. Y, para qué negarlo, si es él quien lleva el peso de la película no es tanto por culpa de un Justice Smith que hace lo que puede (y más) con lo poco que le dan, sino porque son las pequeñas criaturas las que se comen la pantalla cuando aparecen.

Ya hemos comentado al principio como la película se tambalea entre el jugar sobre seguro y el riesgo. Por encima de la historia y los personajes, gran parte de la gracia de la película reside en adaptar a imagen real los diseños de los personajes creados por The Pokémon Company para las innumerables entregas del videojuego original. Y, en este aspecto, la película es un éxito rotundo.

De la animación al fotorealismo

El cruce entre imagen real y personajes hechos por ordenador no siempre ha funcionado bien, como prueban películas como “Garfield” (Peter Hewitt, 2004) o “Los pitufos” (Raja Gosnell, 2011), y dar un estilo fotorealista a diseños originalmente animados no es moco de pavo, como ha demostrado el reciente tráiler de “Sonic: La película (Jeff Fowler). Los diseños de “Detective Pikachu” parten de la esencia de las criaturas originales. Es importante recordar que la palabra Pokémons viene de Pocket Monsters, acá monstruos de bolsillo. Con esta idea en mente, es encomiable que no se haya mostrado miedo alguno en darle a algunos de ellos un aspecto un tanto repulsivo. Del mismo modo que tampoco han escatimado monería en lo adorable que luce Pikachu en imagen real.

Ken Watanabe en Detective Pikachu
Ken Watanabe en Detective Pikachu

Junto a esto, la película consigue hacer verosímil un mundo donde humanos y monstruos conviven como iguales. Convierte en cotidiano el hecho de que toda persona vaya acompañada de un Pokemon, y la película utiliza algunos de ellos en modos realmente creativos. Es en estos pequeños momentos donde se vislumbra el potencial encerrado de la premisa. Uno que “Detective Pikachu” no termina de explotar del todo, y que será en las ya anunciadas secuelas donde se tendrá la obligación de sacar todo el provecho encerrado.

Un éxito a pesar de todo

¿En qué queda esto? Lo cierto es que resulta paradójico que la película acierte en lo difícil y se quede a medias tintas en lo fácil. Pero es precisamente por eso que se tenga que valorar “Detective Pikachu” como un éxito moderado. A pesar de sus múltiples problemas, se trata de un título que funciona en lo importante y cuando llegas a los créditos finales lo haces con una sonrisa dibujada en la cara. Ahora solo queda esperar esas secuelas y spin offs prometidos, porque estamos ante una base difícilmente mejorable.