Confeccionando un clásico
Con «El caballero oscuro«, el director Christopher Nolan consiguió hacer la que sigue siendo a día de hoy una de las adaptaciones de superhéroes más importantes de la historia del cine. No solamente se potenció lo presentado en el film precedente, «Batman Begins» (2005), sino que se consiguió realizar una historia definitiva sobre el personaje, confrontándolo contra su némesis por excelencia, el Joker, y añadiendo el drama de un personaje tan interesante como infrautilizado en el cine como es el de Harvey Dent.
Tomando de referencia dos de los títulos más imprescindibles del hombre murciélago -«Batman: El largo Halloween» (Jeph Loeb & Tim Sale, 1997) y «Batman: La broma asesina» (Alan Moore & Brian Bolland, 1988)-, Nolan dotó a la película de un tono hiperrealista, asentandola en el terreno del thriller urbano, al más puro estilo «Heat» (Michael Mann, 1995) o cualquier noir metropolitano protagonizado por Charles Bronson o Lee Marvin.
Orden vs Caos
En un momento de la película el Joker (Heath Ledger) tiene un discurso en el que habla sobre la anarquía, los que planifican y como él es un agente del caos cuyo objetivo es darle la vuelta a las cosas. Bien podría ser el mismo Jonathan Nolan, encargado del guión, exponiendo y justificando sus intenciones con la película. Así, la historia arranca con una ciudad, Gotham, donde Batman (Christian Bale) ha puesto en jaque a la mafia y a los delincuentes. Desgraciadamente, esa paz durará poco cuando el Joker (Heath Ledger) entre en escena para desbaratar todo el bien hecho. Durante la primera mitad de la película la narración adquiere la línea tradicional de historia del gato contra el ratón con un Batman que hace lo que esta en su poder para encontrar y atrapar al Joker.
Es cuando por fin lo consigue que Nolan le da la vuelta al guión. La historia cae en una espiral destructiva en la que se rompen los esquemas narrativos y todo deja de tener sentido. Llegados a este punto, se desmitifica al héroe, destrozan las convenciones del género, los héroes se desvelan como no tan héroes y convierten al villano en un dios omnisciente y omnipresente. Se disipan las fronteras que separan a los buenos de los malos, y vemos como Batman, ya transformado en el Caballero Oscuro que da nombre a la película, se convierte en una fuerza imparable capaz de enfrentarse a toda Gotham para poder parar los pies al payaso, sin reparar en las consecuencias.
El caballero blanco
En el centro de esa lucha entre Batman y el Joker se encuentra Harvey Dent (Aaron Eckhart). Te lo presentan como un ciudadano bueno y puro de Gotham, “el caballero blanco”: el único que se atreverá a dar la cara para convertirse en el héroe sin máscara que la ciudad pide a gritos. Ante esto, ambos bandos se aprovecharan de él para sus propias maquinaciones: uno para poder pasarle el relevo, y el otro para demostrar sus desquiciados puntos de vista.
Que decir que tal premisa da mucho juego para que los actores saquen lo mejor de ellos mismos y lo den todo para crear unos personajes que parecen reales. Así, todos: Christian Bale en el doble rol de Batman/Bruce Wayne, Michael Caine como su mayordomo y mentor, Morgan Freeman haciendo de encargado del negocio de la familia Wayne y proveedor personal de Batman, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal… Muy por encima de todos ellos, Aaron Eckhart y Heath Ledger, auténticos protagonistas de la historia.
Cerrando el círculo
Es curioso ver como esta película en cierto modo cierra el círculo en una evolución cinematográfica que empieza con el western, sigue con el cine negro y alcanza ahora a “El Caballero Oscuro” y al cine de superhéroes en general. Éste es perfectamente una continuación de las historias en el oeste, sustituyendo los pueblos por la gran ciudad, los forajidos por los supervillanos y la figura del cowboy por la del superhéroe.
De igual modo, el cine negro fue en su día una evolución del western en el que se pasó toda la violencia, personajes fuera de la ley y sociedad, a la gran ciudad; destacando ahora además la condición podrida del ser humano. Como cine negro que es la película en cuestión, juega con todos esos elementos, utilizando además la mitología propia del superhéroe. Será casualidad, pero incluso guarda lazos temáticos con el western crepuscular “El hombre que mató a Liberty Valance” (John Ford, 1962).
El tándem Hans Zimmer y James Newton Howard
Ya en «Batman Begins» los compositores compusieron una música más atmosférica que melódica, aunque existía en sus partituras atisbos de temas principales que caracterizaban a sus personajes. Con «El caballero oscuro«, cogen lo introducido en «Eptesicus» y lo utilizan en tonos diferentes para «Like a Dog Chasing Cars» y «A Dark Knight«. El primero con un tono más dinámico, y el otro más dramático y emotivo, acordes con las imágenes que acompañan.
Además, también crean nuevas melodías igual de importantes. «Why So Serious» es un tema poco agradable por su discordia, pero es un trabajo perfecto para retratar al Joker. Por otro lado, «Harvey Two-Face» empieza como un tema más luminoso hasta entrar en un terreno dramático. Por último, «Watch the World Burn«. Se trata del tema más triste y melancólico de todo el trabajo musical.
La mejor película de Batman
Se puede criticar a «El caballero oscuro» de ciertas conveniencias de guión, algún momento implausible, excesos de exposición que, aunque bien escritos, resultan muy teatrales, una puesta en escena que tiende a perderse sobretodo en las secuencias de acción y un montaje que no deja lugar para el respiro. Sin embargo nada de ello empaña la que es en su globalidad una película redonda, en la que cada personaje causa un impacto en la película, con buenas interpretaciones, momentos memorables, escenas de acción que quitan el hipo y una excelente banda sonora creada por Hans Zimmer y James Newton Howard. Todo ello compone una película inolvidable.