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Spiderman: Lejos de casa (Jon Watts, 2019)

02/07/2019
Spiderman: Lejos de casa imagen destacada

A veces, uno puede salir de una proyección con una valoración muy extrema hacia una película, ya sea para bien o para mal. En estas ocasiones lo mejor puede ser hacer un segundo visionado para valorar si dicha impresión es fruto real de la película, o bien de cualquier tipo de circunstancia ajena que pueda alterar la percepción. Un caso reciente para el que esto suscribe fue “Spiderman: Homecoming” (Jon Watts, 2017). Ejemplo convertido en surrealista al ver como chocaba en todas las conversaciones sobre el título, pues lo sentíamos como un producto esencialmente fallido, anti cinematográfico y alejado de la promesa de Marvel Studios de no reciclar historias del hombre araña ya contadas en el cine. Porque la realidad era que estaba repitiendo la misma fórmula y conflicto del tríptico de películas realizadas por Sam Raimi, sustituyendo elementos, pero sin saber como exprimirlos para convertirlos en una fortaleza diferenciadora.

Lejos de Homecoming

Spiderman: Lejos de casa” es continuación directa de ésta. Tenemos a Watts de vuelta a la dirección y a tan solo dos de los tropecientos guionistas de “Homecoming” repitiendo funciones. Quizás precisamente por esto, a lo mejor por pura suerte, o simplemente porque esta vez se lo han tomado más en serio, el tándem Marvel Studios / Sony Pictures han cogido todo lo presentado en el título anterior, le han dado la vuelta completamente, y han producido, por fin, una película en imagen real a la altura de la ya clásica “Spiderman 2” (Raimi, 2004), aunque, todo sea dicho, la excelente “Spiderman: Un nuevo universo” (VV.AA., 2018) siga siendo la mejor desde entonces.

Tom Holland en Spiderman: Lejos de casa
Tom Holland en Spiderman: Lejos de casa

La historia arranca tras los sucesos de “Vengadores: Endgame” (hermanos Russo, 2019). Los Vengadores han desaparecido, y la Tierra está en busca de nuevos héroes que tomen el relevo. Uno de ellos podría ser Peter Parker (Tom Holland), acá Spiderman. Sin embargo, el adolescente prefiere dejar de lado momentáneamente su faceta superhumana para poder disfrutar durante unos días de un viaje de instituto por Europa. Su objetivo será aprovechar para conquistar a la chica que le gusta, MJ (Zendaya), con la ayuda de su mejor amigo Ned (Jacob Batalon). Estos idílicos planes se complicarán cuando entre en escena Nick Fury (Samuel L. Jackson), quien necesita los servicios de algún superhéroe para poder combatir unas criaturas elementales (agua, fuego, tierra, etc.) que amenazan con destruir la Tierra. Afortunadamente, Peter tendrá la ayuda de Quentin Beck (Jake Gyllenhaal), personaje clave con experiencia previa en la lucha contra esos seres.

Entre la comedia juvenil y el drama super heroico

Todo en “Spiderman: Lejos de casa” se siente más trabajado que lo visto en “Homecoming”. Toda la película gira alrededor de dos ideas principales: el viaje por Europa con los compañeros de instituto, y la responsabilidad de tomar el legado de alguien tan querido como Tony Stark. Con esto siempre por delante, se consigue un buen equilibrio entre la comedia juvenil de esa road trip donde las hormonas parecen controlar los impulsos de los adolescentes, y el drama presentado por el trágico desenlace de “Endgame”, no solamente por la baja de Tony, sino por la práctica desaparición de Los Vengadores.

Jake Gyllenhaal en Spiderman: Lejos de casa
Jake Gyllenhaal en Spiderman: Lejos de casa

Ese choque entre la vida personal y la superheróica del protagonista quizás no es del todo original. Al fin y al cabo ya lo vimos en las películas de Raimi y en la versión del 2017, pero al menos aquí introducen nuevos elementos y un tono desenfadado más agradecido. Ello ayuda a perfilar esta nueva entrega del hombre araña como una película con auténtica personalidad propia.

Cóctel de ideas

A diferencia de “Homecoming”, aquí el humor estudiantil adolescente funciona bien. Los personajes principales, adolescentes con todas sus contradicciones y estupideces, están mejor delimitados en su función para la historia y su relación con el protagonista principal. Todos ellos protagonizan los momentos más divertidos de la película. Incluso el choque de las dos subtramas producirá escenas de lo más divertidas cuando un personaje tan serio como Nick Fury entre en un mundo prácticamente extraterrestre para él como es el de la vida de instituto. Del mismo modo, al mezclar un personaje metido en la inteligencia secreta con viajes por Europa da al título un cierto aroma al cine de espías más clásico. Son elementos que ayudan a “Spiderman: Lejos de casa” a conseguir entidad propia y a salir de la sombra de títulos pasados.

Algo que también ha mejorado sustancialmente es la labor de Watts como director. Lejos de ser un cineasta de gran virtuosismo, a tenor de las recomendables “The Clown: El payaso” (2014) y “Coche policial” (2015), al menos supo como dar un tono muy adecuado a cada historia, hecho que ahora recupera en la nueva aventura del hombre araña. La historia va siempre encarrilada hacia delante de la mano de su premisa. Además, hay un trabajo de cámara algo más trabajado. Sin embargo, es en la dirección de actores donde el realizador se gana su sitio. Lejos queda el Peter Parker abofeteable que vimos en “Homecoming”.

Betty, Ned y MJ
Betty, Ned y MJ

Tom Holland ES Peter Parker

Aquí conseguimos empatizar con él e incluso querer ser él, a pesar de tratarse de un niño con mucho rodaje en la vida. Así nos lo presentan, para beneficio de los espectadores. Tanto por los momentos cómicos que ello ocasiona como por los más dramáticos, cuando entiende que debe aceptar la responsabilidad que le ha tocado vivir, encajando ahí la enésima versión del viaje hacia la madurez habitual en dramas juveniles parecidos -quitando los componentes super heroicos, claro está-.

Holland hace funcionar bien toda interacción con sus compañeros de reparto, ya sea cuando esta junto a Batalon, con Zendaya, Jackson, Gyllenhaal -cuya camaradería resulta creíble sobretodo por el gran trabajo del protagonista de “Nightcrawler” (Dan Gilroy, 2014)- e incluso con Jon Favreau, quien recupera el entrañable papel de Happy Hogan. Una pena que Marisa Tomei tenga tan poco que hacer como la tía May, pero al menos nos ofrece escenas divertidas. Cada secundario tiene una razón de ser en la película. Están dibujados de un modo tan simple como efectivo, y tampoco se le tiene que pedir más.

Nick Fury y Happy Hogan
Nick Fury y Happy Hogan

La (falta de) música

Dicho todo esto, hay un aspecto en el que esta nueva oleada de cine de superhéroes tiene que mejorar, y que “Spiderman: Lejos de casa” no se salva. Bien es cierto que visualmente sigue siendo un poco pobretona, y que al guión le habría convenido una vuelta de tuerca más, especialmente en cierta escena a mitad de película que jamás debería de haber pasado de un primer borrador. Pero estas son cosas perdonables considerando todo lo demás. El mayor problema es la falta de una música con mayor personalidad.

Michael Giacchino hace aquí un trabajo efectivo, pero demasiado funcional y reiterativo. La sensación que da es de haber escuchado la banda sonora en muchas otras películas, y es una lástima porque ahora mismo se echan de menos composiciones como las de John Williams para Superman, o las de Danny Elfman para Batman y, por supuesto, el Spiderman de Sam Raimi. Resulta lamentable decir que no hay ni un solo tema destacable en toda la composición. Es, seguramente, el único aspecto que se percibe por debajo de “Spiderman: Homecoming”.

Jake Gyllenhaal es Quentin Beck / Mysterio
Spiderman: Lejos de casa, de Jon Watts

¿Un día más?

En definitiva, “Spiderman: Lejos de casa” es una gran película del trepamuros. Consigue un buen equilibrio entre el drama y la comedia, entre su carácter de película de Spiderman y el pertenecer dentro de un universo más grande, y termina como pocas películas de superhéroes consiguen hoy en día: dejarte con ganas de ver más. Especialmente tras una primera escena postcréditos con el potencial de cambiarlo todo… Solo el tiempo dirá cómo se decide resolverlo. Por ahora solo nos toca esperar.