La rara avis del UCM
“Guardianes de la galaxia” tiene dos escenas introductorias. En la primera nos presentan a Peter Quill de pequeño despidiéndose de su madre en una escena lacrimógena, puro Amblin, que nos prepara, quizás, para la película más dramática producida por Marvel Studios hasta su fecha de estreno. La segunda, sin embargo, nos plantea una situación completamente distinta donde vemos como un personaje misterioso vaga por un planeta indómito que, tras ver que se trata de Quill ya crecidito y con los rasgos de Chris Pratt, se pone a bailar al son de “Come And Get Your Love” de Redbone. Son dos escenas completamente distintas en cuanto a tono, pero unidas tanto por la presentación del personaje principal como para subrayar uno de los elementos características más notorios de toda la producción: el papel de la música dentro de la historia.
Y es que “Guardianes de la galaxia” se puede considerar una rara avis dentro del cine de Marvel por varios motivos. Primeramente, no se trata, ni por asomo, de una IP especialmente popular de las historietas, y de hecho no fue hasta que se anunció la producción de esta película que se empezó a publicar de nuevo varias series de comics para que la gente conociera mejor a los personajes. En segundo lugar, la película transcurre paralela a los acontecimientos del resto de este universo cinematográfico a pesar de no faltarle elementos en común encarados a una inevitable convergencia en la futura “Vengadores: Infinity War” que veremos el próximo 2018. Por último, y seguramente más destacable, es la única película de superhéroes… En la que realmente no hay superhéroes.
Indiana Solo
La película está más cercana a un cruce entre “En busca del arca perdida” (Steven Spielberg, 1981) y “La guerra de las galaxias” (George Lucas, 1977) qué de cualquier otra franquicia superheróica estrenada hasta la fecha, y ello se puede apreciar en la misma caracterización de Peter Quill a modo de aventurero/arqueólogo intergaláctico sin ningún pudor en autollamarse Star-Lord. Socarrón, inconsecuente e ingenioso, parece nacido de una mezcla entre un Doctor Jones aniñado con la picardía del Han Solo presentado en la primera película realizada por Lucas. Su labia, su carácter desenfadado y su música será lo que le saquen de los apuros en los que se meta durante el metraje, y si todo ello funciona tan bien se debe en gran medida gracias a la excelente elección de Chris Pratt en el papel.
En su camino para encontrar y vender piezas raras, Quill se topará de bruces con Ronan el acusador (Lee Pace), un fanático radical de la raza Kree que busca el objeto encontrado por nuestro protagonista. Otros personajes que se encontrará en su camino son Drax (Dave Bautista), Gamora (Zoe Saldana), Rocket (voz de Bradley Cooper) o Groot (voz de Vin Diesel), con quienes terminará creando un vínculo especial. Juntos forman los Guardianes de la galaxia. Si bien cada uno de ellos tiene un trasfondo propio que les empuja a una forzada colaboración, son solamente el dúo formado por Groot y Rocket los que, como no pude ser de otro modo, se llevan la atención del espectador por sus personalidades tan coloridas y unos diseños que solo pueden salir de un universo fantástico. Drax queda relegado al papel de comparsa cómico, y Gamora resulta el personaje principal menos interesante.
Un toque canalla
James Gunn ejerce tanto de director como de guionista, esto junto a Nicole Perlman. Se trata de un realizador responsable de “Slither: La plaga” (2006) y “Super” (2010), dos películas dotadas de un humor tosco, unos personajes poco convencionales y un punto macarra. Estos sellos permanecen intactos en “Guardianes de la galaxia” y, junto al tono desenfadado de toda la producción y el sense of wonder tan propicio de estas aventuras fantásticas, hacen que la película no aburra ni un instante y parezca fresca y original.
Y durante su primera hora, realmente lo es.
El cine de Marvel Studios ha mostrado tener unas constantes que se han ido repitiendo a lo largo de sus producciones cinematográficas, casi siempre en detrimento de las mismas. Con la excusa de estar presentando personajes nuevos con toda su mitología propia dadas sus habilidades, aprovechan para reutilizar las mismas estructuras narrativas en casi todas sus películas sin reparar en como arrastran de este modo problemas que empañan el producto final. “Guardianes de la galaxia” no se libra de ello.
La fórmula Marvel
A pesar de todo lo comentado antes tiene el peso de compartir los mismos problemas que otras producciones como “Ant-Man” (Peyton Redd, 2015) o “Doctor Extraño” (Scott Derrickson, 2016), como por ejemplo la falta de caracterización de todos los personajes no principales. Ronan no termina de ser un villano memorable por falta de tiempo hacia su personaje aunque podamos entender sus motivaciones. Funciona gracias a su personalidad tan opuesta a la de Quill, como suele pasar con todas las relaciones entre héroes y villanos, pero le falta más material para poder ser alguien realmente relevante.
Lo mismo puede decirse de los personajes del resto de secundarios, como los de Karen Gillan, Benicio del Toro, John C. Reilly, Glenn Close o Michael Rooker, aunque este se pueda salvar gracias a la propia presencia del actor. Sea como sea, todos ellos terminan siendo un auténtico desperdicio de talento. Los mismos problemas en el último tercio de producciones parecidas se repiten aquí, cuando la espectacularidad y la acción cogen fuerza y la película termina cayendo en un territorio demasiado convencional haciendo un gran uso de los efectos especiales sin prestar demasiada atención al desarrollo de lo que está sucediendo.
La saturación de efectos de sonido, efectos especiales, gags fáciles sin ton ni son son un problema del blockbuster actual, y desgraciadamente esta película no se libra de ello. Aparte de todo lo expuesto, la transformación del grupo de personajes en un equipo unido no termina de funcionar tan bien como pretende Gunn y el carácter de apartados sociales se dice más que se siente en la película. Hubiera estado bien dedicar más tiempo a ellos durante el segundo acto en lugar de perder el tiempo con subtramas que solo sirven para expandir franquicia.
Buen invento de Marvel
“Guardianes de la galaxia” es una película que encuentra sus mayores bazas en el tono desenfadado general de la historia, una excelente selección musical y, sobretodo, al tener un grupo de personajes carismáticos que en su condición de marginados consiguen crear empatía con el espectador. Una pena que no termine de rematar bien por caer en tópicos y errores comunes de este tipo de cine que le quitan la frescura de su inicio. Con todo, recomendable.