El principio del fin
“Había una idea. Reunir a un grupo de talentos extraordinarios para ver si podíamos crear la saga cinematográfica definitiva. Para que se recordase el proyecto como uno de los más ambiciosos… que jamás se hubiera hecho en el mundo del cine.” Me vais a permitir, queridos lectores, que parafrasee una de las frases más recordadas del MCU para empezar la crítica de «Vengadores: Infinity War«; una de las películas que ha despertado más expectación este 2018 y la (primera) culminación de un proyecto iniciado en 2008, cuando por ese entonces la inmensa mayoría creía que el término Vengadores hacía referencia a cierta serie británica de los años 60.
Con la aparición en 2008 de la primera película de «Iron Man» (Jon Favreau, 2008), el ahora de sobras conocido Kevin Feige puso la primera piedra del MCU (Marvel Cinematic Universe); uno de los universos más ricos a nivel cinematográfico que hayan existido hasta ahora, con permiso de Star Wars. Han pasado 10 años desde entonces; se han estrenado 18 películas y finalmente se ha llegado hasta la película que nos ocupa, la que supone el cierre de las tramas que se han ido abriendo durante estos años.
Sinopsis
Para los que aún no sepan de qué va el tema, una breve sinopsis: Thanos, el Titán Loco, presentado en la escena post-créditos de “Los Vengadores” (Joss Whedon, 2012) ya tiene su ansiado Guantelete del Infinito y dispone de dos de las 6 Gemas del Infinito, y no quiere esperar más para reunir las 4 restantes. Una vez consiga las 6 gemas, se convertirá en el ser más poderoso del universo y podrá, por fin, cumplir con su objetivo: equilibrar la balanza entre la vida y la muerte; aunque eso suponga acabar con la vida de millones de personas.
La misión en Vengadores: Infinity War
La misión de los Vengadores es sencilla: evitar a toda costa que Thanos consiga el resto de gemas. El problema es que, tras los eventos sucedidos en «Vengadores: La era de Ultrón» (Joss Whedon, 2015) y «Capitán América: Civil War» (Hermanos Russo, 2016); el grupo de héroes más poderosos de la Tierra se ha disuelto y tendrán que volver a unir fuerzas para hacer frente a la peor amenaza a la que se hayan enfrentado.
Los hermanos Russo, directores de «Capitán América: El soldado de invierno» (2014) y la ya citada «Civil War«, fueron los escogidos por Feige para darle forma a la culminación de un proyecto tan extraordinario como sus protagonistas; y la verdad es que, a falta de ver cómo termina todo en la cuarta parte de esta saga, el resultado es más que positivo. Con sus fallos, eso sí, pero igualmente positivo.
Acompañados de sus ya habituales guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely, los hermanos Russo han sorprendido a propios y extraños entregando un film dedicado, casi en absoluto, a la figura de Thanos y sus motivaciones, más que a la de los propios Vengadores. Eso hace que el tratamiento de estos superhéroes pase a un segundo plano, dejando a personajes tan importantes como el Capitán América (Chris Evans) con muy poco protagonismo. En primera instancia esto nos puede parecer negativo, pero tras pensar y madurar la película, la verdad es que es un acierto dejar que Thanos tenga el peso que tiene.
Thanos ¿el villano definitivo?
Al fin y al cabo, es un enemigo al que se lleva anticipando ya 6 años en el universo cinematográfico y que, en el mundo de los cómics, fue uno de los más formidables adversarios al que se enfrentaron jamás nuestros héroes. Con esto en mente, ¿cómo puede ser algo negativo que Thanos sea el foco de atención de la película?
Para contarnos esta historia, Markus y McFeely dibujan diferentes tramas, algunas concernientes a los Vengadores, y otras a Thanos y su búsqueda de las gemas. De las primeras, cabe destacar la que junta a Iron Man (Robert Downey Jr); Spiderman (Tom Holland) y Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) por un lado; y Thor y los Guardianes de la Galaxia por otro. Ambas tramas tienen su propósito y sirven a la película con momentos épicos e hilarantes a partes iguales.
Son especialmente divertidas escenas como el primer encuentro entre Thor y los Guardianes (quién iba a decir que Hemsworth se sentiría de lo más bien con tal vena cómica) o el intercambio dialéctico entre dos personajes tan similares como Iron Man y Strange. Y lo mejor de todo es que los Russo demuestran que, aunque no han creado los universos de algunos de estos personajes; se sienten igualmente cómodos en ellos, dándole coherencia narrativa a una película que, de otro modo, se podría haber sentido más como una especie de Frankenstein cinematográfico. Visualmente también cabe destacar cómo logran crear escenas de lo más espectaculares, como pueden ser el primer ataque a Nueva York o la pelea en Titán, esta última quizás la más ingeniosa de todas ellas.
Los personajes en Vengadores: Infinity War
A lo largo de los 149 minutos que dura la película, Markus y McFeely se las ingenian para ir dando pinceladas a todos los personajes, aunque como ya hemos comentado, hay excepciones. El Capitán América es una de ellas; pero peores son casos como los de Banner/Hulk (Mark Ruffalo); que dejando de lado su primera aparición, se convierte en un comparsa cómico, o el de Black Panther (Chadwick Boseman); cuya presencia en pantalla es casi testimonial y sólo sirve para que la acción se traslade a Wakanda.
El caso de los hijos de Thanos también podría servir de ejemplo, aunque bien es cierto que, de haber tenido más protagonismo, hubieran restado importancia al gran villano. De todos modos, es encomiable el esfuerzo de la pareja de guionistas para que todos los personajes tengan su momento de gloria; y bien que los tienen. Stark o especialmente Thor y Strange brillan con luz propia, otorgando momentos de esos que hacen que la audiencia quiera levantarse y aplaudir en plena sala de cine.
Sus motivaciones
Pero «Vengadores: Infinity War» también se caracteriza por su voluntad de darle humanidad y empatía a un personaje tan temible como Thanos. Markus y McFeely quieren, ante todo, que entendamos sus motivaciones y el peso que debe soportar si quiere conseguir su objetivo.
A diferencia de lo que pasa en los cómics, aquí Thanos no quiere conseguir el guantelete para enamorar a la Muerte, su propósito es mucho más lógico, aunque sus métodos no sean los más acertados. Si el trabajo de los guionistas para darle fondo a Thanos es digno de mención, el de Josh Brolin para darle forma no puede ser obviado; ni el de Weta a la hora de crear e iluminar un personaje CGI que, en determinados momentos, parece totalmente real.
Valoración de Vengadores: Infinity War
Thanos es la brillante suma de estos tres elementos y consigue convertirse en uno de los villanos cinematográficos más memorables de la historia; y lo que consigue elevar a «Infinity War» a algo más que una película de superhéroes.
Ahora falta un año para ver si «Infinity War» se puede analizar como una película independiente o si necesita de la ya anunciada secuela para entenderse como la suma de dos partes. Lo que sí se puede decir, mientras tanto, es que los Russo han logrado una película entretenidísima, presentando a un villano formidable y con una resolución narrativa que, aunque ha dado y dará mucho que hablar se siente como la más natural y lógica; a la espera de ver cómo se resuelve todo el próximo año.