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Passengers (Morten Tyldum, 2016)

04/01/2017
Passengers imagen destacada

Ciencia ficción estimulante

Dirigida por Morten Tyldum («The Imitation Game«), «Passengers» es una gran película. Una muy grande si tenemos en cuenta ciertos aspectos y menos grande si consideramos otros. Es esa mezcla de circunstancias con las que nos encontramos a lo largo del filme la que hace posible que te pueda encantar o que la puedas aborrecer. La sensación que tuve al salir de la sala fue de satisfacción por lo que vi en pantalla, y enseguida de estupefacción por algunos comentarios que empecé a escuchar al salir de la misma. Así que me fui corriendo para no perder el buen sabor de boca.

Y es que la trama, no descubro nada, se centra en Chris Pratt (Jim) y Jennifer Lawrrence (Aurora), y lo deja prácticamente todo a la «suerte» de su química. Una química, a mi entender, que funciona a la perfección y hace creíble la montaña rusa de emociones que viven ambos dentro de la nave.

Imagen de Passengers
Imagen de Passengers

La historia de Passengers

La historia de «Passengers» avanza en el deseo de la humanidad de explorar el universo y colonizar nuevos planetas. Nos presenta una realidad en la que ya se están produciendo migraciones masivas espaciales, deshabitando progresivamente la Tierra, para empezar de cero en lugares libres del paso del hombre y con todo por hacer. Para ello, aquellos privilegiados que logran embarcarse en un viaje de 120 años para empezar una nueva vida, «hibernan» en una nave espacial preparada como el mejor transatlántico de lujo. Despiertan tan sólo cuatro meses antes de su llegada para poder disfrutar durante ese tiempo de las bondades de la nave.

Un contexto idílico e incluso épico. Al menos, si no fuera por la imposible circunstancia de que algunos pasajeros despiertan 90 años antes de lo previsto por un motivo desconocido. Esto pone en jaque su vida y la del resto del pasaje. Es un drama que hace aflorar lo mejor y lo peor de Jim y Aurora. Durante el viaje, se enamoren el uno del otro, y se plantean cuestiones que en cualquier otra situación serían impensables. Tal es el contraste entre el peligro extremo que corren, la presión que sienten para tomar decisiones para las que no están preparados, y la agilidad y determinación con la que actúan; que consiguen mantener la expectación hasta el final.

Jennifer Lawrence, Chris Pratt y Martin Sheen
Jennifer Lawrence, Chris Pratt y Martin Sheen

Los personajes

Jim (Chris Pratt), ingeniero mecánico, decide dejar la Tierra para poder ayudar a levantar una nueva civilización. Tal como le gusta decir, «si algo se estropea, yo lo arreglo». Le gusta resolver problemas y desde el momento en que se da cuenta de que algo no va bien, empieza y no cesa en buscar soluciones a todo lo que se enfrenta. Y Aurora (Jennifer Lawrence), es una escritora neoyorquina que decide viajar a Homestad II para después hacer el viaje de vuelta y ser la primera persona de la humanidad en hacer el viaje de ida y vuelta para explicarlo.

«El propio director (Tyldum) aseguraba que fue evidente desde un principio que Lawrence y Pratt serían los actores perfectos para encarnar a los personajes de Aurora y Jim«

En «Passengers«, cada uno pertenece a una clase social distinta y la nave se ocupa de dejarlo claro. Desde el desayuno que se sirven, pasando por la habitación que ocupan, como por los servicios a los que pueden optar, guardando algunas similitudes con la historia del Titanic (James Cameron, 1997). Éstas «diferencias» no son impedimento para que las únicas personas despiertas abordo se conozcan y descubran que están hechos el uno para el otro.

Chris Pratt es Jim
Chris Pratt es Jim

El propio director (Tyldum) aseguraba que fue evidente desde un principio que Lawrence y Pratt serían los actores perfectos para encarnar a los personajes de Aurora y Jim. “Es estupendo que sean las mayores estrellas del mundo, pero para empezar quería asegurarme de que fueran los actores idóneos para estos papeles”. Y, afortunadamente, tardó poco en convencerse.

Al dúo central lo acompañan, por un lado, Michael Sheen (Arthur), el camarero a bordo de la nave. Un androide que se afianza como la única compañía de los pasajeros y cuya misión es servirles como el mejor camarero de la historia. El actor se enfrenta a su particular desafío de convencernos como robot y como humano, y realmente lo borda. Por otro lado, de forma más fugaz, Laurence Fishburne (Gus Mancuso) que tiene «su momento» en la película ayudando a comprender a Jim y Aurora que sucede con la nave y guiándolos para que puedan repararla.

Passengers, de Morten Tyldum
Passengers, de Morten Tyldum

La nave de Passengers

El Avalon es por si sola otra protagonista de «Passengers«. Una nave espacial con un diseño espectacular que a su vez sirve al pasaje de crucero para disfrutar los meses previos a la llegada a su nuevo hogar. Casinos, comercios, restaurantes… son algunos de los servicios de los que pueden disfrutar los pasajeros con el máximo lujo y confort.

Por supuesto sus creadores se apoyaron en los efectos visuales y según Pratt “los sets de rodaje eran descomunales. Tuvimos que derribar un muro en los estudios. Miraba alrededor y era como si estuviese viendo una nave de verdad. Los sets de Guy Hendrix Dyas hicieron que la película tuviese una dimensión enorme y la historia fuese tan impactante como debe ser. Contamos con un gran equipo de efectos especiales que construyó decorados, artefactos, coches y pantallas espectaculares en todas partes. Fue realmente genial”.

Imagen de Passengers
Imagen de Passengers

Conclusión

Si decides ir a ver «Passengers» al cine te lo vas a pasar bien. Y si además te gustan Jennifer y Chris, te lo vas a pasar en grande. No son sus papeles más «divertidos» pero inevitablemente su carisma llena la pantalla y disfrutas/sufres de inicio a fin. La historia da para pensar, no diré más, y resulta un ejercicio estimulante ponerte en la piel de sus protagonistas. La nave te invita a querer conocer más de ella (y casi a sacarte unos billetes para la próxima migración). La trama te atrapa y algunas de las escenas te dejan con la boca abierta y el corazón en un puño. ¿Algo mejor (de ciencia-ficción) para acabar bien las Navidades? Tú decides.