Con “Piratas del Caribe: En mareas misteriosas” (Rob Marshall, 2011); la franquicia protagonizada por Johnny Depp tocó un fondo que puso en duda la continuidad de estas películas popularizadas gracias el éxito sorpresa de “Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra” (Gore Verbinski, 2003). Y es que la película estaba cargada de problemas, desde un guion carente de trabajo donde se limitaron a meter “cosas” para llegar a las dos horas de duración, hasta un Jack Sparrow desatado, cuya presencia parecía responder a una necesidad de hilvanar un sketch detrás de otro para dar rienda suelta a sus extravagancias.
El final ¿deseado?
Sin embargo, se atrevieron a hacer una quinta entrega dirigida por Joachim Ronning y Espen Sandberg con la finalidad de volver a los orígenes –como suele suceder en las franquicias cuando no se sabe por dónde continuar-, y para ello pusieron elementos parecidos a la película original: un joven protagonista metido en una aventura singular; una maldición que aprisiona a los malos, una mujer independiente con una mentalidad fuera de los estereotipos sociales y una suerte de antihéroe bufonesco sin más remedio que ayudar a los buenos.
A pesar de esto, la película ya empieza presentando lazos dramáticos con la trilogía dirigida por Verbinski de tal modo que, más que un reinicio, es una continuación en toda regla para finalizar con un epilogo a la historia contada por aquél; un desenlace cuya premisa sirve de base para ofrecer un espectáculo aventurero con piratas de por medio.
O al menos esa es la idea, porque a la hora de la verdad la película ciertamente navega a toda vela con rumbo directo… Pero son muchos los momentos en los que está a un paso de naufragar.
La historia de Piratas del Caribe: La venganza de Salazar
La historia empieza con la presentación del personaje principal, Henry Turner, en un intento de suicidio para reunirse con su padre William Turner (Orlando Bloom); cuya condena a capitanear la nave El Holandés Errante para retener a los pobres desgraciados que mueren en la mar también incluye poder pisar tierra firme solamente una vez cada 10 años. Por tanto, el pequeño Henry promete romper la maldición de algún modo para salvar a su padre.
Con esto, saltamos en el tiempo hasta ver al protagonista ya crecido, en cautiverio y con los rasgos de Thwaites; cuando el barco donde se encuentra prisionero es atacado por el Capitán Salazar y su tripulación. En medio de todo el meollo, Carina Smith (Kaya Scodelario); una joven de mentalidad científica y consecuentemente señalada como bruja por la sociedad, se verá metida en el embrollo, muy a su pesar.
Antes de nada, no se puede negar que la película cuenta con una buena historia. Lo suficiente como para mantener el interés durante todo el metraje e incluso pueda considerarse superior en este aspecto a las demás secuelas de la original. Se podría decir, de hecho, que la película está llena de buenas ideas, aunque finalmente venidas a menos debido a un pobre desarrollo basado de nuevo en las peripecia y bromas de Sparrow; al abuso de efectos especiales y a un machacante uso de la música compuesta por Geoff Zanelli, que de intrusiva termina por saturar los oídos.
A pesar del punto tenebroso de la historia, ya visto en otras entregas de la casa, la película se empeña en mostrar una imagen vibrante y colorida que perjudica la atmósfera que podría crear la presencia de los villanos de la premisa, y los directores pasan completamente desapercibidos detrás de las cámaras.
Javier Bardem
Al menos no todo es malo en la película, y ahí tenemos la agradecida presencia de un Javier Bardem que destaca incluso por encima de los efectos especiales que le rodean. Es seguramente el personaje más interesante de toda la película, a pesar de los esfuerzos de Thwaites y de Scodelario de destacar por encima de un guion carente de material con el que lucirse. Y los rostros veteranos ya están allí más por petición popular que por necesidad de la historia; pese a existir un esfuerzo de calzarlos a la producción de cualquier modo. Ellos son tanto Depp como Geoffrey Rush como Hector Barbossa.
Lejos quedan los días del peligroso pirata presentado hace ya más de una década.
Conclusión de Piratas del Caribe: La venganza de Salazar
En resumen, “Piratas del Caribe: La venganza de Salazar” se puede considerar un broche dramático a la trilogía de Gore Verbinski que, más allá, de esto, no ofrece ningún aliciente para aquellos que no sean seguidores de la serie. A partir de aquí, de querer continuar con la franquicia, Disney tiene la obligación de surcar nuevos mares en busca de nuevas aventuras, nuevos mundos y, por favor, nuevos personajes; porque la IP es mucho mayor que sus estrellas principales.