El día de los muertos
En un año en el que nos hemos “acostumbrado” a películas como «Misión Imposible – Nación Secreta» o «Fast and Furious 7«, sobresalientes por sus espectaculares escenas de acción, por el uso de imponentes vehículos de tierra, mar o aire en situaciones extremas, y unos personajes con mucho calado entre el público, no era fácil para la franquicia más longeva del cine hacerse un hueco y lograr sorprendernos. Y, sin esperarlo, «Spectre» lo consigue en cierto modo.
La secuencia inicial ambientada en el Día de los Muertos es sin duda una de las mejores de la saga. No solo por su belleza visual y espectacular puesta en escena sino por la elegancia e intensidad con la que se desarrolla la misma. Tras ella, los créditos con el tema “Writing’s On The Wall”, interpretado por Sam Smith, extrañamente invita a seguir el baile de sombras y colores que lo acompañan y que marcan el comienzo de la historia. Sin duda, un inicio muy prometedor para una película de 148 minutos en la que se cuentan muchas cosas (quizás demasiadas).
Viajando por el mundo
Para ello, Sam Mendes nos lleva de Mexico D.F. a Londres, pasando por Roma, Austria, Marruecos o el desierto del Sahara. Es un derroche de recursos (probablemente sea la película de Bond con mayor presupuesto) que consiguen darle una envergadura digna de la ¿última? misión de Daniel Craig y deleitarnos con sus localizaciones.
Localizaciones que el director aprovecha en «Spectre» para reforzar (o simplemente exhibir) a sus personajes. En México, la actriz mejicana Stephanie Sigman (Estrella) acompaña fugazmente a Bond. En Londres, se da un paso adelante a algunas de las últimas incorporaciones en «Skyfall» (Sam Mendes, 2012) como Moneypenny (Naomie Harris) o el remplazo de Judi Dench como M, Ralph Fiennes. Ellos tienen que lidiar con C / Max Denbigh (Andrew Scott), responsable del MI5, y sus planes de fusionar todos los servicios de inteligencia del planeta. Roma sirve para presentar, en una gran escena, al villano principal de la historia, Oberhauser, interpretado hábilmente por Christoph Waltz y a su brutal agente, Hinx (Dave Bautista), que nos ofrece una buena pelea con Bond y poco más. Todo ello después de presenciar una extraña (por su corta duración) intervención de Mónica Bellucci (la guapísima viuda Lucía Sciarra).
Los personajes de Spectre
Cuando llegamos a Austria, gana enteros Q (Ben Whishaw), en quién Bond deposita (a su manera) su confianza. Junto a Moneypenny, forman un equipo comprometido con la causa del agente, recordando demasiado a otras películas del género en las que se ensalza el espíritu de equipo/familia y valores como la amistad o la lealtad. Además, por supuesto, descubrimos a una atípica chica Bond como es Madeleine Swann (Léa Seydoux). Se trata de un personaje que en más de una ocasión se contradice a si misma en lo que respecta a su relación con James.
«Spectre» recupera algunas caras conocidas como la del Sr. White (Jesper Christensen) con el objetivo de establecer una conexión entre las últimas misiones de Bond, desde «Casino Royale» (Martin Campbell, 2006) hasta «Skyfall«. Así se justifica la sucesión de acontecimientos que llevan a Bond a hacer los descubrimientos que le harán comprender detalles su pasado. Este hecho es particularmente peculiar pues una de las premisas en las historias de 007 (con alguna salvedad) es que se trata de guiones auto conclusivos. El hecho de querer cerrar un círculo que apenas se había empezado a trazar en las anteriores películas parece, como mínimo, innecesario.
En conclusión
En cualquier caso estamos ante una notable película de Bond en la que encontramos a un agente 00 actuando, como viene siendo costumbre, a espaldas de su país, con la única ayuda de unos pocos y contra todo el mundo. Peleas, persecuciones y explosiones con los icónicos artilugios y vehículos de la franquicia. Un buen guión que peca de querer atar demasiados cabos y un final predecible pero igualmente emocionante. ¿La mejor película de Bond? No. Sólo llega a superar a «Skyfall» en duración: 5 minutos de más que se hacen largos por los muchos matices de la historia que fácilmente se podrían haber reservado para la versión extendida en Blu-Ray. Pero que, en definitiva, resulta suficientemente atractiva como para no dudar en verla.