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Interstellar (Christopher Nolan, 2014)

29/03/2015
Interstellar imagen destacada

Si la ciencia o la lógica no funcionan, déjate llevar por tu corazón. Esta es básicamente la propuesta que Christopher Nolan quiere hacernos creer para su epopeya intergaláctica en “Interstellar”. Al ex piloto Cooper (Matthew McConaughey) solo le importa mantener a salvo su familia y poder estar con ellos. Así, cuando el profesor John Brand (Michael Caine) le propone participar en una misión de exploración más allá de las fronteras de nuestro universo, lo único que le preocupa a Cooper es el devenir de sus seres queridos.

Un futuro poco halagüeño

Nolan te presenta un futuro distópico en el que la Tierra se esta muriendo y el único modo de salvar a la especie humana es poder salir de nuestro planeta y colonizar lo que puedan encontrar en el espacio. No sin reticencias, Cooper decide tomar parte en la aventura y adentrarse en esta verdadera odisea espacial.

Matthew McConaughey en Interstellar

Con esta premisa Nolan explora de un modo un tanto superficial elementos como agujeros negros, planetas desconocidos y el exotismo general propio del espacio profundo. Hay también varios momentos de exposición centrados en aleccionar algunas de las teorías sobre el universo que, aunque pueden crear una cierta confusión, son muy interesantes. Lo realmente destacable por eso es la aventura a la que te pide que te unas, porque una vez empezada realmente es para abrocharse el cinturón.

Sin embargo la película se ve entorpecida por un inicio atropellado y un final irregular en su ejecución. Nolan inicia un montaje paralelo mezclando diferentes tramas en una intención de crear la máxima tensión posible. Lo que consigue en realidad es perjudicar la historia principal con unas idas y venidas de las secundarias, estas con un drama desmedido y poco efectivo, que entorpece el desarrollo de lo realmente importante.

Ejercicio de suspense

Porque cuando la historia se centra, consigue crear tensión con unas enervantes set-pieces que cortan la respiración; y unos potentes momentos dramáticos, sobretodo aquellos producidos por la relación entre CooperMurphy (Mackenzie Foy), su hija pequeña. Decir que el amor que se profesan va más allá del tiempo y del espacio es tan desproporcionado como adecuado, y como espectador es complicado no emocionarse en varios puntos de la narración.

Mackenzie Foy en Interstellar
Mackenzie Foy en Interstellar

Visualmente resulta fascinante cuando nos adentramos en el espacio, y en menor medida cuando nos muestran la Tierra y el mal que la plaga. En este aspecto, tiene parecidos a «2001: Una odisea del espacio» (Stanley Kubrick, 1968), pero es importante resaltar que son a nivel puramente superficial. Por todo lo demás, el trabajo de planificación es simplemente correcto, limitándose a poner la cámara en el sitio adecuado sin alardes visuales. Hans Zimmer compone una excelente banda sonora con unos tonos entre lo místico y lo religioso gracias a un uso de los sintetizadores y del órgano. Resulta muy machacona en la película, pero no se debe desmerecer el trabajo realizado por el compositor alemán, quien entiende perfectamente la historia y consigue crear un mundo sonoro muy acorde con la película.

De 2001 a Star Trek

El guión se podría haber beneficiado con una vuelta de tuerca más. Es innegable la capacidad de Nolan para manipular al espectador. Sin embargo, a la historia le sobran algunos secundarios que aportan poco, algunos excesos de exposición innecesarios y alguna subtrama que no hace más que retardar la trama principal. También se podrían haber perfilado los personajes. Salvo Cooper y Murphy, los demás personajes carecen de personalidad y aunque la mayoría ayudan a avanzar la trama, en general les falta un poco más de entidad. Lo mismo se puede decir de las interpretaciones. Resultan destacables solamente las de McConaughey, Mackenzie Foy y Jessica Chastain, quienes dan humanidad a sus personajes. Resulta meritorio que, a pesar de la larga duración de la película, Nolan no deje decaer el ritmo y se llega al final de la película sin percatarse de que han pasado tres horas.

Jessica Chastain en Interstellar
Jessica Chastain en Interstellar

La película es deudora de las historias de ciencia ficción en su momento de apogeo, allá en las décadas de los 50 y 60, cuando se utilizaba el género como crítica social y cultural. Lo que antes era una denuncia sobre la libertad, el racismo o el consumismo, aquí Nolan lo hace a nuestra capacidad para olvidarnos de que la Tierra es un sitio que tenemos que preservar para nuestro propio bien. Eran en general historias muy asentadas en la época en que fueron concebidas, tanto por contenido como por los mundos descritos.

Star Trek

Así, en “Interstellar”, Nolan sitúa gran parte de su película en un realismo que otorga inmediatez al problema al que se enfrenta la humanidad. Puede que por el hecho de tener lugar en un mundo en el que están más cotizados los granjeros que los ingenieros, la historia presenta pocos artificios tecnológicos que (en general) parecen solamente vagamente superiores a los nuestros. Nolan juega también con el tono de misterio y aventura del género, acercando la película a seriales como Star Trek, aunque aquí con un enfoque más contenido y puede que interesante.

A pesar de sus problemas, “Interstellar” es una propuesta más que recomendable. Más allá de sus ideas excitantes, ofrece una aventura espectacular y un drama en el que el amor no se limita a mover montañas: aquí es un sentimiento que enciende estrellas.