
Tras una edición del 2020 diferente por haberla vivido integramente desde la comodidad del sofá de casa, este año hemos vuelto a Sitges presencialmente con más ganas y energías Sin más dilación, pasamos a las películas que hemos podido disfrutar este año.
Let the Wrong One In (Conor McMahon, 2021)

Hay películas que parecen hechas para ser vistas y disfrutadas en su máxima apogeo en un festival de cine como el de Sitges. «Let the Wrong One In» cumple esa papeleta en su historia de reestructuración familiar en medio de una plaga de vampiros.
Juega bien con los clichés del vampirismo y con el estereotipo irlandés de sus personajes, y ayuda mucho la presencia de veteranos del género como Anthony Head (Giles en Buffy la cazavampiros).
Película gamberra pero con corazón, ideal para ver una noche con los amigos y, quizás, con alguna cerveza en la mano.
Earwig (Lucile Hadzihalilovic, 2021)

Se supone que el cine tiene que ser una experiencia más audiovisual que narrativa, a diferencia de las series de televisión, y «Earwig» lleva esta máxima al extremo.
Con una narrativa prácticamente inexistente, Lucile Hadzihalilovic firma un trabajo de pura atmósfera y ambientación, sin preocuparse mucho en el porqué de lo que vemos en la pantalla. Gran trabajo de fotografía y de contención dramática, además de unos actores en plena forma.
Como tal, producirá rechazo, pero los que entren en su juego encontrarán algo estimulante.
The Deer King (Masashi Ando, 2021)

Ando Masahi firma aquí su ópera prima titulada «The Deer King», tras haber trabajado de asistente con gigantes como Hayao Miyazaki o Satoshi Kon.
Nos ofrece una historia de fantasía épica con dos reinos rivales a punto de romper su tregua. Cine pro naturaleza, con sus avatares, lobos y ciervos legendarios y otros elementos que recuerdan sobretodo al cine de Miyazaki. Además, cuenta con una notable banda sonora.
Aunque está llena de buenas intenciones, quizás le falta más garra en su drama, confiar más en el poder de las imágenes, y más vida en su animación. Correcta como primera película. Con todo, seguiremos su trayectoria con atención.
Aullidos (Joe Dante, 1981)

Hay películas a las que el tiempo no solo no les pesa nada, si no que realzan sus mayores virtudes. Este es el caso de «Aullidos» estupenda historia de lo fantástico/brutal escondido dentro de lo cotidiano a partir de la figura del hombre lobo.
Con unos efectos especiales imperecederos, una ambientación estupenda, un guion atinado y el buen hacer de Joe Dante detrás de la cámara, se trata de un clásico del cine fantástico por derecho propio. Imprescindible.
Silent Night (Camille Griffin, 2021)

«Silent Night» es una película que difícilmente dejará indiferente al espectador, para bien o para mal. Es una propuesta arriesgada en los tiempos que corren, y solo el timming ha querido que se estrene después de una situación tan aparentemente inverosímil como la pandemia que hemos vivido.
Camille Griffin dirige una historia especialmente seca, fría, austera y dura, no sin algún destello de humor un tanto negro. Es uno de esos casos que cuanto menos se sepa sobre la historia, mejor.
También se trata de una película difícil de recomendar por su contenido… Una rareza, para personas con ganas de ver una buena película aunque la finalidad no sea, contradictoriamente, «disfrutar» de ella en el sentido habitual de la palabra. ¿Mala película? No. ¿Para todo el mundo? Tampoco. Quizás solo para los que se atrevan con experiencias fuertes.
The Medium (Banjong Pisanthanakun, 2021)

«The Medium» tiene dos caras bien diferenciadas: un seguimiento del chamanismo a modo de falso documental, y unas secuencias grabadas a modo de found footage.
Si la primera parte todavía puede tener algo de interés, la segunda carece de ello, no tanto porque no funcione, sino porque se limita a repetir los mejores recursos de algunas de las películas más influyentes del género, con la consecuente falta de sorpresa.
Produce Na Hong-Jin, quién ya tocó el mundo del chamanismo en la muy superior (pero también diferente) «El extraño«. Sin embargo, «The Medium» parece haber dividido a la audiencia, por lo que mejor si cada uno la ve y decide por si mismo. Como debería de ser siempre, vaya.
The Boy Behind the Door (David Charbonier & Justin Powell, 2021)

A nadie le gusta ver a dos menores en peligro físico y/o psicológico, en una casa abandonada en medio del campo. Esta es la espada de doble filo en la que se mueve «The Boy Behind the Door«, puesto que es difícil no sentir simpatía por los críos de la película, o no conseguir generar tensión ante lo que les podría suceder.
Considerando esto, se aplaude la presencia de un reparto bien escogido, una buena localización y un sentido de los silencios muy logrados. Aunque no se trate de una película que invente nada nuevo, al menos funciona lo suficientemente bien como para que sus noventa minutos pasen rápidamente.
Hunter Hunter (Shawn Linden, 2020)

En «Hunter Hunter» se nos presenta una familia que vive en una cabaña en medio del bosque con duros problemas de dinero. Justo cuando se plantean iniciar una vida nueva en otro sitio, se ven asediados por un lobo especialmente feroz. Sorprende un irreconocible Devon Sawa, y una Summer H. Howell que recuerda demasiado a Hailee Steinfeld en «Valor de ley«.
A pesar de un buen reparto y unas excelentes localizaciones boscosas, la película se encalla por un desarrollo de poco interés y una realización, quizás, demasiado frenética. Ni tan solo un final más o menos contundente consiguen levantar este thriller modesto, recomendable solamente para los amantes del cine de terror con lobo de por medio.
Pompo the Cinephile (Takayuki Hirao, 2021)

«Pompo the Cinephile» adapta un manga homónimo de Shogo Sugitani sobre un inadaptado joven que aspira en ascender en el mundo del cine, y sobre el poder emocional de las películas. Se trata de un título con todas las señas y tics del anime juvenil, desde el estilo a los recursos expresivos de los personajes.
Sin considerarla una mala película, a nosotros nos ha dejado bastante indiferentes. Dicho esto, encantará a todos a los que les guste este estilo de animación.
Caveat (Damian McCarthy, 2020)

Lo más sorprendente de «Caveat» es ver como su director consigue hacer tanto con tan poco, porque la película denota un presupuesto bajo por todos lados. A partir de, prácticamente, dos actores, una localización en forma de una claustrofóbica casa vieja, sucia y dejada, y un misterio central, consigue generar una atmósfera malsana y pesadillesca, visualmente paracida a lo visto en los videojuegos de «Silent Hill«.
Aunque los actores dejan mucho por desear, «Caveat» se posiciona como una pequeña sorpresa de este año, y apuntamos el nombre de Damien McCarthy para vigilar que hace en el futuro.
Werewolves Within (Josh Ruben, 2021)

Desgraciadamente, lo único bueno que podemos decir de «Werewolves Within» es que no aburre. Adaptando un videojuego homónimo, mezcla el whodunit convencional con la amenaza de un hombre lobo entre los habitantes de un supuesto pueblo de montaña idílico.
Su cotro metraje pasa rápido, pero eso no quita que por el camino sintamos poca simpatía por sus personajes cartoonescos, que los gags no hagan ningún tipo de gracia y que el misterio en si tampoco enganche tanto… Una lástima, porque sobre papel tenía todos los elementos para convertirse en una de las grandes comedias de esta edición del festival.
Eight for Silver (Sean Ellis, 2021)

«Eight for Silver» es un notable cuento de terror gótico que mezcla el cine de maldiciones con el del hombre lobo. Tiene una buena atmósfera, los diseños están muy atinados, y hay interés en el devenir de la historia. El reparto, encabezado por unos solventes Boyd Holbrook y Alistair Petrie, cumple su cometido.
Sin embargo, peca quizás de una realización un tanto plana y de un guión al que le haría falta algún tipo de vuelta de tuerca. No busca inventar nada, sino regodearse en lo que ya existe, para bien y para mal.
Con todo, es bastante redonda y hará las delicias de los fans de este tipo de películas. Como es nuestro caso.
The Sadness (Rob Jabbaz, 2021)

Es posible que «The Sadness» sea una de las primeras películas sobre una infección tras la época covid. Así, no falta el discurso social y político, en una película lleva de sangre y visceras que, por desgracia, va de más a menos.
Dirección frenética, mucha violencia y un sentido del humor negro para un título que satisfará a los amantes de este tipo de películas. Los demás, pasarán un mal rato por lo visceral de las imágenes, y poca cosa más.
The Amusement Park (George A. Romero, 1975)

Más allá de sus películas de zombies, a George Romero le encantaba experimentar con la imagen y el montaje, como demostró en casos como «Martin» o ésta «The Amusement Park«, donde utiliza toda su creatividad para abordar desde su punto de vista tan peculiar las miserias de la vejez.
No es una peli para todo el mundo. Es más, seguramente se trate de un título recomendable solamente para cinéfilos con poco miedo a propuestas diferentes. Así, Romero logra hacernos sentir el desenfreno y desasosiego de la película. Ahí queda la cosa.
Witch Hunt (Elle Callahan, 2021)

Alegoría sobre la inmigración en unos Estados Unidos dónde las brujas existen, y el gobierno tiene su propio cuerpo policial para darles caza. Aunque bien intencionada, le falla la realización y falla a la hora de conseguir asustar al espectador. Una pena.
Belle (Mamoru Hosoda, 2021)

Ésta es la primera gran película en lo que llevamos de festiva.l «Belle» es lo nuevo de Mamoru Hosoda, director de «Wolf Children» o «El niño y la bestia«. Siguiendo la estela de su «Summer Wars«, en esta ocasión Hosoda vuelve a mezclar los mundos digitales con el real, viendo como uno puede afectar al otro.
Más allá de esto, y de la increíble animación de la que hace gala, la película esconde una historia bonita, a modo de fábula tradicional, sobre le capacidad de ayudar a los demás del ser humano, y como ésto puede ser fuente de sanación interna para las personas rotas. «Belle» es un título de gran belleza y sensibilidad, que difícilmente dejará indiferente. Muy recomendable.
The Deep House (Alexandre Bustillo & Julien Maury, 2021)

«The Deep House» parte de la idea de un found footage grabado bajo el agua, sin apenas artificios aparentes. La idea es encomiable y se aplaude tal empresa. Aunque la película cuenta con secuencias verdaderamente desasosegantes, la sensación que deja, sin embargo, no es tan buena como cabría esperar.
Le falta algo más de garra en las situaciones. No tiene tanta tensión como debería, y la casi toda la que tiene proviene del hecho de tener a los personajes sumergidos bajo el agua. Aunque decepcionante, es de visionado recomendable por su propuesta valiente.
The Trip (Tommy Wirkola, 2021)

En toda edición hay, al menos, una película festivalera por su tono puramente alegre y divertido, y este año tenemos ésta «The Trip«, dirigida por la misma mente que cocinó las dos películas de «Zombies Nazis«.
Unos inmensos Noomi Rapace y Aksel Hennie dan vida a un matrimonio en horas bajas que intentarán reencarrilar su relación pasando un idílico fin de semana en una cabaña en medio del bosque. Sin embargo, nada irá como ellos (ni nosotros) esperamos, puesto que el guion se encarga de meter toda una sucesión de enredos y giros argumentales que, de pasados de olla, es imposible no reirse.
Un divertimento en mayúsculas, de esos que tanto gustan en un festival como éste y que harán reir a casi cualquiera.
Historias para no dormir (VVAA, 2021)

Buena fue la decisión de rescatar del baúl de los recuerdos esa serie de televisión surgida de la mente de Narciso Ibañez Serrador que imitaba el excelente formato antológico de «The Twilight Zone» que tan buenos resultados le dio a Rod Serling. Aunque durante el festival se han pasado los cuatro capítulos, nosotros hemos podido disfrutar de los dos primeros: «Freddy«, de Paco Plaza, y «El asfalto«, de Paula Ortiz.
En el primero encontramos una tétrica y alocada historia de muñeco diabólico que terminara controlando a un actor mediocre, muy bien interpretado por Miki Esparbé. El capítulo denota una factura técnica impecable, buenas ideas visuales (como no podría ser de otro modo con Plaza), y un ritmo que no decae.
Sin embargo, es el otro capítulo el que finalmente cunde. Ortiz hace una alegoría sobre clases sociales y sus trabajos en un trabajo tan minimalista (casi todo sucede en una única localización, recordando mucho a los trabajos de Serling). Todo funciona lo suficientemente bien, gracias a un libreto que equilibra bien el terror con lo humorístico de la situación, aunque también es cierto que sin la presencia agradable de Dani Roviera esto probablemente no habría entrado tan bien.
A falta de ver los dos capítulos restantes, si todos mantienen ese nivel, por nosotros, que hagan tantas temporadas como quieran.
Coming Home in the Dark (James Ashcroft, 2021)

Si bien «Coming Home in the dark» empieza como una versión austera y menos cartoonesca del díptico «Wolf Creek«, poco a poco se va transformando en una propuesta mucho más dramática y contundente. Se trata de un thriller con pocas concesiones al espectador, y que va directa al grano, golpeándonos con todos sus giros y sorpresas.
Aunque se toma su tiempo para ir presentando las cosas, todo aguanta muy bien gracias a un reparto muy atinado, una fotografía que aprovecha los países neozelandeses y la notable realización de Ashcroft. Muy recomendable… A no ser que hayas tenido un mal día.
The Feast (Lee Haven Jones, 2021)

«The Feast» es un slow burn de manual. De ritmo pausado, atmósfera desconcertante y cada vez más tétrica, y con elementos de horror folk -en esta ocasión galés-, se trata de una película muy pareja a otras veteranas del festival como «La bruja» o «Hagazussa«. En este caso, Lee Haven Jones utiliza todos esos elementos para darle una bofetada al capitalismo más radical, que engulle ciegamente todo lo que encuentra por delante, cual tsunami destructor.
A destacar las actrices principales Annes Elwy y Nia Roberts, y la buena mano del director para con los tiempos. Eso si, si no te gusta este tipo de terror, mejor quédate lejos de ella…
La pasajera (Raúl Cerezo & Fernando González Gómez, 2021)

Empezamos nuestro recorrido por el festival con una ópera prima de un par de talentos nacionales: Raúl Cerezo y Fernando González Gómez. En «La pasajera» seguimos a un variopinto grupo de pasajeros en un viaje por la España rural. Ante todo pronóstico, el viaje se verá interrumpido por unos sucesos paranormales que convertirán la travesía en un auténtico infierno.
Nos encontramos con una versión de «La invasión de los ladrones de cuerpos» a la española. En el sentido más divertido de la palabra. La película goza de buena realización y buena dirección de actores, aunque falla un poco en el desarrollo emocional de la historia. Aunque los personajes son lo suficientemente caricaturescos, especialmente ese Blasco de Ramiro Blas, como para acordarte de ellos, es quizás el drama principal lo que más falla. Sin embargo, tiene una buena ambientación general, presenta bien los elementos fantásticos y utiliza con mucho humor el orgullo español del que hace gala todo el film.
Con todo, buen referente del fantástico nacional, y gran inicio para este año. ¡Muy recomendable!