Cambio de rumbo para una franquicia
Han pasado ya once años desde el estreno de “Transformers” (Michael Bay, 2007), un eficiente e inofensivo divertimento que adaptaba de un modo espectacular los carismáticos personajes de dibujos animados y muñecos de los 80. Desde entonces, se han ido estrenando una sucesión de secuelas que iban aumentando el nivel de adrenalina y explosiones, en detrimento de la historia. Con “Bumblebee” hay una intención de cambiar precisamente esto.
Así, la película nos presenta a Charlie (Hailee Steinfeld), una adolescente de tintes rebeldes cuyo mayor sueño es poder tener su propio coche. Para ello, nadie en su entorno familiar, más preocupados en darle un estilo más “femenino”, parece muy dispuesto a ayudarle. Sin embargo, esto cambiará cuando encuentre un coche amarillo abandonado en un desguace que terminará adoptando como suyo… Lo que no se imaginará es que ese coche trae consigo problemas bélicos extraterrestres.
Travis Knight
Para remarcar el cambio de rumbo tomado en la franquicia con ésta “Bumblebee”, es importante resaltar el director seleccionado para ello. Se trata de Travis Knight, cofundador del estudio de animación Laika, y director de la excelente “Kubo y la dos cuerdas mágicas” (2016). De un perfil completamente opuesto al de alguien como Bay, se puede imaginar el grado de sensibilidad que es capaz de dar a una historia sobre la amistad entre una adolescente y un robot gigante. Premisa que no casualmente recuerda a la también excelente película de animación “El gigante de hierro” (Brad Bird, 1999), de la que toma los suficientes elementos como para tildarla de remake.
Sin embargo, lo que en títulos parecidos se desarrolla de modos naturales, aquí se siente un poco forzado, como si hubiera una mayor concienciación de los momentos clave de la película que del modo de llegar a ellas, existiendo lagunas importantes que convierten la película en una experiencia que se queda a medias tintas. Además, se trata de una película prácticamente para adolescentes, lo que podría ser un obstáculo para cierto tipo de público a la hora de disfrutar de ella.
Hailee Steinfeld
A pesar de esto, el conjunto todavía funciona lo suficientemente bien, gracias sobretodo a la dulce presencia de Steinfeld y a las contadas secuencias de acción. Es en estas donde se deja entrever el pasado en el cine de animación de Knight, pues en esos momentos no se siente tanto como si hubiera un exceso de CGI gratuito, sino como si estuviera dirigiendo una película de animación por ordenador, y una con unos resultados excelentes. Esa sensación se pierde en parte a medida que avanza el metraje, por motivos narrativos, pero sigue habiendo un control sobre lo que sucede. Además, que las transformaciones de los robots siguen siendo tan espectaculares como siempre.
“Valor de ley” (Joel & Ethan Coen, 2010) fue el salto a la fama de Hailee Steinfeld. Ahí interpretaba a una niña pequeña con mucho carácter y fortaleza. La joven actriz repite aquí esas funciones, brillando como heroína y totalmente adorable como adolescente con sus problemas personales. El peso recae entre ella y la presencia de Bumblebee, porque el resto del reparto se limita a cumplir bien su función, a destacar Pamela Adlon y John Cena, presencia carismática, pero que parece estar parodiando las interpretaciones de Arnold Schwarzenegger.
Dario Marianelli
Quizás, lo más decepcionante es la música compuesta por el gran Dario Marianelli, en la que es su segunda colaboración con Travis Knight tras la excelente composición en “Kubo y las dos cuerdas mágicas”. Hay algunos acordes interesantes en “Meeting Bumblebee” y “Death and Resurrection”, pero por lo demás se utilizan sonidos electrónicos que parecen reciclados de entregas previas. Sin duda, lo mejor en este aspecto es la gratuidad en el uso del catálogo top ochentero (década cuando tiene lugar la acción de la película), con temas como “Bigmouth Strikes Again” y “Girlfriend In a Coma” de The Smiths, “Take on Me” de a-ha o “Don’t You (Forget About Me)” de Simple Minds, entre otras.
Correcto entretenimiento
En resumen, “Bumblebee” se trata de una correcta cinta de entretenimiento, que mezcla bien el drama con la acción, la emoción con la espectacularidad. Un cambio de rumbo, quizás, necesario para una franquicia que se había conformado con el desfase pirotécnico como única razón de ser.
