Saltar al contenido

Mistress America (Noah Baumbach, 2015)

19/11/2015
Lola Kirke y Greta Herwig

La soledad en Mistress America

Noah Baumbach vuelve a la dirección con “Mistress America”. Es una aproximación al cine independiente juvenil menos naive y más sobrio que cintas recientes como “Yo, él y Raquel” (Alfonso Gomez-Rejon, 2015) o “Ciudades de papel” (Jake Schreier, 2015). Aunque tampoco se olvida de su sentido del humor y sensibilidad universitaria. Tracy (Lola Kirke) es una chica solitaria en una gran ciudad como es Nueva York. Su mayor interés de cara al primer semestre en la universidad es entrar en la prestigiosa Sociedad Literaria Mobius.

A partir de sucesivas denegaciones, entabla amistad con otro chico en su misma situación, Tony (Matthew Shear). Iniciará una amistad hasta descubrir que él mantiene una relación con Nicolette (Jasmine Cephas-Jones). Por otra parte, la madre de Tracy está a punto de casarse de nuevo y le pide que entable relación con Brooke (Greta Gerwig), su futura hermanastra. Será a partir de esta nueva amistad que Tracy encontrará inspiración para una nueva historia con la que volver a intentar entrar en el club literario.

Lola Kirke y Greta Herwig
Lola Kirke y Greta Herwig

Marcando puntos de vista

Es importante no confundir sobriedad con falta de frescura. Si hay algo realmente positivo en el film es un guión original rápido, vivo y enérgico. Junto a la también actriz Gerwig, Baumbach coescribe una nueva iteración de la madurez juvenil a partir de las experiencias vividas en el transcurso de la historia. En este caso todo por lo que pasa Tracy gracias a la nueva relación con su futura hermanastra.

La historia está centrada en el punto de vista del personaje de Kirke. A partir de ella se hace una construcción y deconstrucción de Brooke, quien se nos muestra como un personaje más grande que la vida. Es un personaje que lleva siempre la batuta allá donde va. Tracy aprovechará esta nueva e interesante relación para inspirarse para escribir una nueva historia y para tomar un ejemplo a seguir para moldear su personalidad. A medida que avanza la historia vemos que ambos personajes son prácticamente un reflejo. Lo único que las separa es la inocencia y experiencia que da la diferencia de edad.

Imagen de Mistress America
Imagen de Mistress America

El sentido del humor de Mistress America

Más allá de este centro dramático, la película también brilla por una sucesión de gags y situaciones hilarantes que culminan en una secuencia hacia el final en la que personajes y conflictos entran y salen de pantalla sin dejarnos respirar ni un solo momento. El timing cómico del guión y los actores es perfecto y son capaces de provocar una carcajada detrás de otra.

Porque además “Mistress America” cuenta con un casting de aúpa. No es solo Gerwig en su condición de guionista que sepa sacar jugo únicamente de su personaje. Imprime vida a cada uno de ellos, independientemente de su tiempo en pantalla. Brooke es una autentica fuerza vital, un foco de luz a seguir en todo lo que se plantea, aunque al final las apariencias engañen. Kirke también esta sensacional como Tracy mostrando tanto sus inseguridades como su gran inteligencia y sus ganas de conectar con alguien. Siempre mira a su alrededor silenciosamente con una mirada triste perpetua. El resto de secundarios es igual de impecable en sus pequeños pero importantes papeles: Shear, Cephas-Jones, Michael Chernus (Dylan, expareja de Brooke) o Heather Lind (Mamie-Claire).

Mistress America, de Noah Baumbach
Mistress America, de Noah Baumbach

Una propuesta interesante de Noah Baumbach

A parte, la película se ve redondeada por una magnífica y memorable banda sonora. Tiene canciones como «Dream Baby Dream» de Suicide, «No More Lonely Nights» de Paul McCartney o el tema principal «Mistress America» de Dean Wareham & Britta Phillips. Además, cuenta con una dirección de fotografía de Sam Levy igual de lograda que retrata Nueva York, los interiores y a los personajes buscando siempre el mejor encuadre.

Al final queda una historia sobre el alcance de la fama, los delirios de grandeza de la juventud; y la facilidad de conseguirla gracias a unas redes sociales que permiten mantener un mundo más conectado, pero también uno más superficial y pretencioso. Todo ello con unos personajes carismáticos que hace de “Mistress America” una interesante propuesta del director que ya encandiló a cinéfilos con “Frances Ha” (2012). Muy recomendable.