Es habitual en historias largas desarrolladas en el cine que el cierre se perciba mejor final de un arco argumental que como película en sus propios términos. Ahí tenemos casos como “El retorno del jedi” (Richard Marquand, 1983); “Piratas del Caribe: En el fin del mundo” (Gore Verbinski, 2007) o “El caballero oscuro: La leyenda renace” (Christopher Nolan, 2012). Aunque Los Vengadores no se trata en realidad de una trilogía sino, mínimo, una tetralogía formada por “Los Vengadores” (Joss Whedon, 2012); “Vengadores: La era de Ultrón” (Joss Whedon, 2015) y “Vengadores: Infinity War” (Hermanos Russo, 2018); y máximo la conclusión de un ciclo de películas cuyo inicio se remonta al año 2008 cuando llegó a nuestras pantallas “Iron Man” (Jon Favreau); bien se le puede aplicar la misma idea.
El final de un ciclo
Esto recuerda a la disputa que hubo hace unos años tras el estreno de “Capitán América: Civil War” (Hermanos Russo, 2016) a raíz de la personalidad propia de la película. ¿Se trataba de una secuela de “Capitán América: El soldado de invierno” (Hermanos Russo, 2014), o bien de “La era de Ultrón”? Incluso algunos afirmaban que era tanto una película del Capitán América como una suerte de “Iron Man 4”. Esto es representativo del logro conseguido por Kevin Feige al haber sacado adelante una idea imposible que en otros tiempos habría sido motivo de bancarrota de muchas grandes productoras: el concepto de una larga serie de antologías multimillonarias conectadas entre ellas dentro de un universo con sus propias reglas de juego.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y si bien se tiene que aplaudir este mastodóntico plan de producción de apabullante éxito económico, es importante resaltar que, al menos para el que esto suscribe, han tenido que sacrificar la calidad de las unidades independientes a favor del cuadro general; produciendo películas mayoritariamente mediocres, u otras directamente nefastas, pero que, al menos, cuando han dado en la diana, lo han hecho a lo grande; con unos títulos muy disfrutables. Afortunadamente, “Vengadores: Endgame” entra dentro de éste selecto grupo de películas gracias a un desenlace que solo se puede calificar de satisfactorio.
La premisa de Vengadores: Endgame
Sin entrar en detalles sobre la historia, decir que la película arranca un tiempo después del apocalíptico desenlace de “Infinity War”, con los Vengadores intentando seguir con sus vidas tras la derrota sufrida a manos de Thanos (voz de Josh Brolin).
Es curioso ver cómo los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely, junto con el dúo de directores Anthony Russo y Joe Russo, han decidido abordar la tarea de terminar las historias del sexteto protagonista que se vieron forzados a trabajar juntos para el bien del mundo: Tony Stark / Iron Man (Robert Downey Jr); Steve Rogers / Capitán América (Chris Evans); Thor (Chris Hemsworth), Bruce Banner / Hulk (Mark Ruffalo), Clint Barton / Ojo de Halcón (Jeremy Renner) y Natasha Romanoff / Viuda Negra (Scarlett Johansson); quienes contarán ahora con la ayuda de secundarios como James Rhodes / Máquina de guerra (Don Cheadle) o Nebula (Karen Gillan); entre unos pocos otros.
Desarrollando la historia de Vengadores: Endgame
El equipo creativo empieza cerrando los cabos abiertos de la película anterior y, de un modo parecido a “Regreso al futuro 2” (Robert Zemeckis, 1989) y algunas de las secuelas mencionadas al principio, dejan el resto del metraje para desarrollar la película, es decir, para centrarse en su misma razón de ser. Así, tenemos un primer acto donde nos reintroducen a los personajes principales de la función, como han asimilado el fracaso, y que es lo que tienen en juego una vez entremos en el segundo acto.
El nudo está centrado en todas las peripecias para conseguir el objetivo principal de la película, rectificar un mal a toda costa, y finalmente tenemos un tercer acto de espectáculo puro donde finalmente se nos recompensa con una promesa de ya hace años. Dicho esto, lo cierto es que la cumple de un modo más descafeinado y genérico de lo que se deberían haber permitido considerando los precedentes.
Los personajes, el corazón de la película
Cabe decir que en lo que hace al desenlace de las historias de los personajes principales, la película es un auténtico éxito. Sabiendo que lo importante aquí no es tanto la historia per se, si no explorar a donde van a parar los personajes al final de la película, los responsables de «Vengadores: Endgame» deciden cortar por lo sano y obviar cualquier sentido de lógica interna a favor del drama, los momentos de personajes; el fan service descarnado y la espectacularidad más desatada. “El final es parte del viaje”, dice un personaje en cierto momento de la película. Puede que aquí sea más cierto que nunca, y quienes también son conscientes de ello son los actores.
Decir que el reparto coral lo da todo para nuestro disfrute no será algo inesperado, sin embargo, es importante resaltar que estamos en lo que seguramente son las interpretaciones más entregadas hasta la fecha de Downey Jr y Evans como Tony Stark y Steve Rogers. La relación entre ambos dentro de la pantalla ha sido el corazón de este ciclo superheróico, y tras dejarlo de lado en “Infinity War”, resulta agradable y conmovedor que lo recuperen de nuevo para convertirlo en el centro de la película.
Vengadores…
¿Qué más decir sin entrar en detalles del argumento? Los efectos visuales lucen igual de bien que siempre, los hermanos Russo ofrecen su mejor trabajo detrás de la cámara e incluso el compositor Alan Silvestri tiene más margen de trabajo que en títulos anteriores; resultando en una de las composiciones con más personalidad de todo el universo Marvel, gracias sobre todo a temas como “The Real Hero”, “Worth It”, “Totally Fine”, “Portals”, “One Shot” o “Main on End”. El músico es consciente del material que tiene entre manos y pone toda la emoción y sentimiento posible en cada canción.
A pesar de todos los aciertos de la película, tampoco sería justo ignorar algunos problemas que arrastra. Ya hemos comentado la carencia de lógica interna en cuanto a cómo se va desarrollando la acción, pero podemos seguir con la práctica ausencia de sensación de conflicto durante la mayor parte de la película, lo relativamente fácil de cómo los personajes consiguen ir resolviendo los conflictos, al menos hasta llegar al tercer acto cuando todo se va de madre. Toda la parte final, aunque espectacular y emotiva, es en realidad una sombra de lo que podría haber sido, y aquí surge una pregunta a la que jamás tendremos respuesta y que seguramente ni tan solo deberíamos plantearnos: ¿Qué habría hecho Joss Whedon con este material?
Ahí queda la cosa.
El final es parte del viaje
En definitiva, “Vengadores: Endgame” es casi todo lo que se podría haber esperado de ella. Más de una década de idas y venidas con unos personajes carismáticos, llamados a ser los Indiana Jones; Marty McFly; Luke Skywalker o Han Solo de la cultura pop del futuro, llegan a un fin que deja un buen sabor de boca, por lo que, con todo, sus responsables pueden descansar tranquilos sabiendo que han hecho bien su trabajo.